El diario gráfico de Ana Frank
Se publica en España la adaptación al cómic de su historia, de la que se prepara también una película de animación

“Espero poder confiártelo todo como aún no lo he podido hacer con nadie, y espero que seas para mí un gran apoyo”. Ana Frank hizo esta anotación, el 12 de junio de 1942, en el dietario que acababa de recibir como regalo por su decimotercer cumpleaños. El cineasta Ari Folman y el ilustrador David Polonsky se han enfrentado, 75 años después, al reto de traducir al lenguaje de la novela gráfica el relato de los dos años que Ana y su familia pasaron en una buhardilla escondiéndose de los nazis.
Con esta adaptación pretenden acercarse a un público, especialmente joven, que pueda sentir pereza ante una obra que con el tiempo se ha convertido no solo en clásico de la literatura contemporánea, sino también en un importante documento histórico. El diario de Ana Frank es, posiblemente, el testimonio directo más importante sobre el Holocausto, a pesar de que en realidad no recoge su parte más terrible: no muestra ni su peregrinaje por Auschwitz y Bergen-Belsen (dejó de escribir antes de que su escondite fuera descubierto) ni, lógicamente, su muerte a los 15 años de edad. Parece que eso sí se verá en la película de animación que sobre su historia preparan también Folman y Polonsky. En ese caso se tomarán más licencias creativas -de hecho, parte de la acción tendrá lugar en la época actual-, no como en la novela gráfica, que reproduce incluso fragmentos del libro original. Ambos ya trabajaron juntos en el filme de animación documental Vals con Bashir, nominado a los Oscar y ganador de un Globo de Oro y un premio César en 2008.


La historia de la detención de Ana Frank y su familia sigue siendo, tantos años después, un misterio. El mayor cold case del mundo, según el exagente del FBI Vince Pankoke, que dirige un nuevo proyecto de investigación en el que colaboran 19 expertos forenses (criminólogos, policías e investigadores) que utilizarán técnicas policiales modernas, incluidos programas de inteligencia artificial, para intentar descubrir quién traicionó a los Frank. La policía holandesa ya hizo dos grandes investigaciones al respecto, una en 1948 y otra en 1963. En ambos casos el principal sospechoso fue Wilhelm van Maaren, un empleado del almacén donde se encontraba el anexo secreto ocupado por la familia. Nunca se encontraron pruebas en su contra. El nuevo equipo investigador ha abierto la web coldcasediary.com para que cualquiera que tenga alguna información pueda compartirla.
