El premio al mejor discurso de los Globos de Oro es para… Meryl Streep
La actriz ha hablado sobre la importancia de la diversidad, el papel de la prensa y el peligro de Trump

Meryl Streep recogió anoche el Globo de Oro honorífico que concede la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (desde 1952, solo 14 mujeres lo han recibido) y se convirtió en la gran protagonista de la noche gracias a un emocionante discurso en el que recordó que, al igual que los Estados Unidos, Hollywood está lleno de extranjeros, que los actores son personas privilegiadas con la capacidad de ayudarnos a ponernos en la piel de otros y que el papel de la prensa es ahora más importante que nunca. También hizo una elegante y a la vez demoledora crítica a Trump: ni siquiera dijo su nombre, solo aprovechó el momento en el que el presidente electo se burló de un periodista discapacitado para recordar que la falta de respeto genera falta de respeto y la violencia genera más violencia. Este es el texto completo del discurso (aquí podéis ver el vídeo):
“Gracias a la prensa extranjera de Hollywood. Continuando con lo que Hugh Laurie ha dicho, los que estamos en esta sala pertenecemos a los segmentos más vilipendiados de sociedad americana ahora mismo: Hollywood, extranjeros y periodistas. ¿Quiénes somos? ¿Qué es Hollywood, al fin y al cabo? Solo un montón de gente de otros lugares. Yo nací y me crie en escuelas públicas de Nueva Jersey. [Viola] Davis nació en la cabaña de una aparcería de Carolina del Sur y creció en Central Falls, Long Island. Sarah Paulson fue criada por una madre soltera en Brooklyn. Sarah Jessica Parker es de una familia de Ohio con siete u ocho niños. Amy Adams nació en Italia. Natalie Portman en Jerusalén. ¿Dónde están sus certificados de nacimiento? La bella Ruth Negga nació en Etiopía, se crio en Irlanda y está nominada por interpretar a una chica de una pequeña ciudad de Virginia. Ryan Gosling, como toda la gente muy amable, es canadiense. Y Dev Patel nació en Kenya, se crio en Londres y está aquí por interpretar a un indio criado en Tasmania. Hollywood está lleno de extranjeros. Si los echas a todos no tendrás nada que ver excepto fútbol y artes marciales, que no son arte.
“El trabajo de un actor es representar las vidas de personas diferentes y hacernos sentir como ellos se sienten. Ha habido muchas, muchas, muchas interpretaciones potentes este año, trabajos apasionados que nos han quitado el aliento y han conseguido precisamente eso. Ha habido una que me ha impresionado. Ha clavado sus garras en mi corazón. No porque fuera buena. No tuvo nada de buena. Pero fue efectiva e hizo su trabajo. Consiguió que el público al que iba destinado se riera y mostrara los dientes. Fue el momento en el que la persona que pedía sentarse en el asiento más respetado del país imitó a un reportero discapacitado, alguien a quien superaba en privilegios, poder y capacidad de defenderse. Me rompió el corazón cuando lo vi. Aún no he podido quitármelo de la cabeza porque no se trataba de una película, era la vida real. Y ese instinto de humillar, cuando además lo hace alguien poderoso desde una plataforma pública, se infiltra en todos los ámbitos, porque da permiso a otras personas para hacer lo mismo. La falta de respeto incita a la falta de respeto. La violencia incita a la violencia. Y cuando los poderosos utilizan su poder para acosar a otros, todos perdemos.
“Esto me lleva a la prensa. Necesitamos que la prensa honrada haga que el poder rinda cuentas, que saque a la luz cada una de sus atrocidades. Por esto es por lo que los fundadores consagraron la prensa y sus libertades en nuestra constitución. Por eso pido a la prensa extranjera de Hollywood y a todos en nuestra comunidad que se unan a mí en el compromiso de proteger a los periodistas. Porque nosotros les vamos a necesitar y ellos nos necesitarán a nosotros para salvaguardar la verdad.
“Una cosa más. Un día en el que estaba en plató quejándome porque nos tocaba trabajar después de la cena, o más horas o algo así, Tommy Lee Jones me dijo: ‘Meryl, ¿ser actor no te parece un privilegio?’ Sí, lo es. Y tenemos que recordarnos los unos a los otros que tenemos el privilegio y la responsabilidad de ser empáticos. Todos deberíamos estar muy orgullosos del trabajo que Hollywood reconoce aquí esta noche. Como mi querida amiga la difunta Princesa Leia me dijo una vez, coge tu corazón roto y transfórmalo en arte”.