8 ciudades europeas menos conocidas para hacer una escapada este verano
Seguro que superarán tus expectativas
Londres, París, Roma o Berlín son los primeros nombres que suelen acudir a nuestra cabeza cuando pensamos en visitar una ciudad europea, pero las grandes capitales no son, ni de lejos, las únicas que merece la pena conocer. Nuestro continente está plagado de joyas que, si bien de primeras es posible que no te hayas planteado visitar, no te defraudarán. Son lugares menos turísticos y, por ende, mucho menos masificados. También son ideales para una escapadita corta. Por eso, si este verano buscas descubrir lugares diferentes, no te pierdas esta selección.
Annecy (Francia)
Esta pequeña ciudad que parece sacada de un cuento se localiza en los Alpes franceses, cerca de la frontera con Italia y Suiza. Muchos la conocen como la Venecia de los Alpes, ya que varios canales recorren su casco histórico. El Palacio de la Isla, la catedral de San Pedro y el castillo en el monte Semnoz son tres de sus imprescindibles.
Bergen (Noruega)
Entre montañas y fiordos se encuentra Bergen, la segunda ciudad más grande de Noruega. Una de las mejores cosas que se pueden hacer allí es pasear por el barrio de Bryggen, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979, y ver sus icónicas casitas de colores. También merece la pena pasarse por el Fisketorget, un histórico mercado de pescado, o subir en funicular al mirador del monte Fløyen. No dejes de ver la Catedral de San Olaf o recorrer la calle Torgallmenningen, llena de locales y tiendas.
Núremberg (Alemania)
A dos horas en coche de Múnich podemos visitar una de las ciudades más bonitas de Alemania. Es un destino muy turístico en diciembre, cuando su famoso mercado navideño se instala en el centro del casco antiguo, pero en verano está mucho menos masificado. La sala donde se celebraron los famosos Juicios de Núremberg y una exposición pueden visitarse en el Palacio de Justicia. Entre los imprescindibles de esta ciudad imperial destacan la visita al castillo, la casa del pintor Alberto Durero, el Museo del Juguete y las antiguas bodegas de Altstadhof, que sirvieron de refugio durante la guerra.
Bath (Reino Unido)
No es la ciudad más famosa de Reino Unido, pero sí una de las más bonitas. Declarada Patrimonio de la Humanidad en 1987, es conocida principalmente por sus termas romanas, los únicos manantiales de aguas calientes que hay en el país. También merece la pena visitar su abadía, un precioso templo de estilo gótico con bóvedas de abanico, una torre y grandes vitrales. Bath sirvió de inspiración a Jane Austen para algunas de sus obras, por eso podemos encontrar en la ciudad un museo dedicado a la escritora.
Zwolle (Países Bajos)
Esta pequeña ciudad medieval holandesa esconde un montón de preciosos rincones. Situada al Este del país, se encuentra a poco más de cien kilómetros de Ámsterdam. Su casco antiguo, rodeado por canales, es el núcleo de todos los comercios, servicios y locales de ocio. No puedes dejar de visitar su iglesia gótica, atravesar la puerta de entrada Sassenpoort, dar un paseo en barco por sus canales o conocer la librería Van der Velde Boeken, una antigua catedral del siglo XV reconvertida.
Abeerden (Escocia)
Escocia también esconde una maravillosa ciudad que suele pasar desapercibida: Abeerden. Cuenta con edificios históricos como la catedral de Saint Machar, la Capilla del King’s College o la Casa de Lord Provost George Skene. También es interesante pasear por el centro Union Street con sus casas victorianas y descubrir alguna de sus destilerías de whisky escocés. A las afueras de la ciudad, a veintitrés kilómetros, merece la pena visitar el castillo de Dunnottar, una fortaleza medieval sobre un precipicio rocoso.
Graz (Austria)
A menudo suele dejarse de lado esta ciudad en favor de Viena y Salzburgo, pero Graz es los lugares más bonitos de Austria. En 2003 fue nombrada Capital Europea de la Cultura y desde 1999 su casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Entre sus imprescindibles destacan su famosa torre del reloj del siglo XIII, ubicada en lo alto de una colina, con jardines y vistas panorámicas de la ciudad, la catedral de Graz y el Museo Kunsthaus Graz.
Plovdiv (Bulgaria)
Es posible que el nombre de esta ciudad búlgara no te suene, pero no te arrepentirás de pasar unos días descubriéndola. Es la segunda ciudad más grande de país, solo por detrás de la capital, y una de las ciudades europeas pobladas más antiguas. Merece la pena visitar su complejo arqueológico de Nebet Tep, las casas del Renacimiento Nacional búlgaro, la puerta Hisar Kapia, el Museo Etnográfico, el teatro romano, que data del siglo II, y su mezquita.