Los discursos de odio en redes sociales se construyen alrededor de estereotipos o ideas preformadas y presentan un alto contenido de violencia verbal. Y, aunque existen tanto fuera como dentro de las redes sociales, los y las participantes coincidieron en señalar que son mucho más frecuentes y más virulentos en las redes sociales. Son varias las razones, según la FAD, que explican esta  mayor agresividad online. En primer lugar, el anonimato y la distancia con el objeto de odio. En segundo lugar, una regulación –límites y normas– a veces difusa en las redes acerca de este tipo de discursos. Y en tercer lugar, la sensación de impunidad percibida por el usuario.

Twitter se ha ido convirtiendo en la red social en la que los discursos de odio son más frecuentes. En el polo opuesto se situaríaan WhatsApp, Pinterest, Snapchat, LinkedIn y TikTok. La mayor cantidad de publicaciones e impresiones con esas palabras se da en Twitter. Las reacciones, mayoritariamente masculinas, son fundamentalmente pasivas. en forma de ‘Me gusta’ o ‘retuits’. Esto indica que la mayor parte del debate en torno a las keywords seleccionadas no se genera como conversación original, sino a través de cadenas de viralización, que aumentan, en un clásico efecto de red, a medida que más volumen adquieren.

Por otro lado, el discurso de odio sexista no se activa por una única temática, sino por motivos diversos, aunque los principales serían los siguientes:

• Género: para ‘recordar’ los roles y comportamientos que socialmente se atribuyen y esperan de las mujeres y de los hombres.
• El cuerpo y el aspecto: o en contra de los cuerpos y los aspectos (formas de vestir, de peinarse, etcétera) que se salen de lo normativo.
• Y por supuesto, aquellos movimientos o activismo (se llame feminismo, movimiento LGTBIQ+, etcétera) que, bajo la interpretación de quienes están detrás del discurso de odio sexista, pretenden transformar el sistema patriarcal y la estructura de roles que lo sustenta.

En este sentido, señala la FAD, se produce una interesante paradoja: el discurso de los/as ‘odiadores’ es sumamente ofensivo, pero su base es netamente defensiva: crean o comparten discursos de odio para obstaculizar cambios que puedan poner en riesgo las posiciones que ocupan. Es, por lo tanto, un odio defensivo, no quieren que sus privilegios o su poder se vea amenazado por quienes consideran como ‘aspirantes’ y que son el foco de su odio: los/as ‘odiados’.

Otra de las conclusiones de la investigación es que es mucho más sencillo identificar a las víctimas de los discursos de odio que a las personas que los ponen en circulación en las redes sociales, y esto se debe a que el odio se ejerce en la mayor parte de los casos desde el anonimato o desde perfiles fake.