Claire McCardell, la diseñadora a la que debemos el estilo casual
Lo más importante para ella era que la ropa fuese cómoda

Como la mayoría de los diseñadores, la estadounidense Claire McCardell empezó copiando los modelos de los grandes de París, aunque pronto cambiaría su enfoque hacia lo que acabaría convirtiéndose en su legado: la ropa cómoda y funcional a un precio moderado.
McCardell fue la gran impulsora del sportswear americano y una de las mayores exponentes del american look. Frente a la elegancia y el encorsetamiento europeos, McCardell estableció a mediados del siglo pasado las bases del estilo americano, mucho más relajado y accesible. También para el bolsillo, ya que al emplear la producción en masa pudo abaratar costes y resultar asequible para la pujante clase media.
El vestido Monastic, diseñado en 1938, fue su primer éxito. Gracias a él empezó a trabajar para la marca Townley Frocks. Dos años después lanzaría su propia marca. Creó piezas funcionales como el Popover dress (1942), una prenda que se podía llevar tanto en casa como para salir a la calle. Su trabajo se basaba principalmente en su propia intuición. “La mayoría de mis ideas provienen de tratar de resolver mis propios problemas”, declaró en más de una ocasión.

McCardell se dirigía principalmente a la mujer trabajadora en una época, los años de la Segunda Guerra Mundial, en los que se empezaba a incorporar de verdad al mercado laboral. Supo incluso sacarle provecho a la escasez de telas y materiales durante el conflicto: confeccionaba sus diseños con materiales baratos como el denim o el algodón y popularizó el uso de las bailarinas que llevaban menos cantidad de tejido.
