La diseñadora que borda las fachadas
Raquel Rodríguez ha hecho del punto de cruz sobre edificios su seña de identidad

“Unir arte y diseño, lo tradicional y lo contemporáneo, lo artesanal y lo industrial”. Así explica Raquel Rodrigo Arquicostura, su proyecto de arte urbano que mezcla “la parte agresiva de la arquitectura y la delicada de la costura”, dice. Con él Rodrigo ha recuperado el punto de cruz, “un arte tradicionalmente femenino, muchas veces invisible, que nos despierta cierta nostalgia”.

Desde pequeña a Raquel siempre le gustó dibujar y crear con las manos. Estudió Bellas Artes, se especializó en escaparatismo y ha trabajado como atrecista para teatro y televisión. “Me gusta la idea de crear emociones con el diseño de espacios. Y sentí la necesidad de salir a la calle y expresarme”. Tuvo la oportunidad cuando en 2011 le propusieron diseñar el interior y el exterior del Café Costura de Madrid. “Básicamente pensé en sacar fuera lo que ocurría dentro de la tienda”, explica, y para hacerlo eligió el punto de cruz.
Como en cualquier proyecto de arte urbano, los materiales elegidos son importantes. “Aunque parezca lana no lo es, si lo fuera no aguantaría ni un mes”, cuenta. Rodrigo trabaja sobre una tela metálica que hace las veces de estructura y con cordón de algodón. “Al estar a la intemperie, el sol va comiéndose el color, que va evolucionando. Es lo bonito del arte urbano”.
Su proceso de creación mezcla lo digital y lo tradicional. Primero mide la fachada y luego, con el ordenador, diseña el patrón de costura, pixelando la imagen y adaptándola al tamaño real. El trabajo de bordado sobre la malla se hace en el estudio y finalmente lo instala en la fachada.

En 2014 llenó de flores una de las paredes de la plaza Lope de Vega de su Valencia natal, consiguiendo que más gente viera su trabajo, algo para ella “muy importante, ya que lo principal es llegar y emocionar al público”. Hay creaciones suyas por toda España, en Madrid, Valencia, Zaragoza o Salamanca, pero también en Milán, Londres o Bristol.
Y no solo engalana fachadas. Además, diseña objetos como el trofeo de la última edición del festival de mediometrajes de La Cabina, hace retratos y colabora en acciones de street marketing como esta de hace dos años para Cervezas Alhambra.





