Tiendas y restaurantes con mucho arte
Ya no hace falta ir de museos para disfrutar de obras interesantes

Las buenas exposiciones ya no son patrimonio exclusivo de museos o galerías. Cada vez más, se puede encontrar arte de calidad –sobre todo propuestas transgresoras y de artistas emergentes— en establecimientos tipo concept store o incluso restaurantes. Se lleva el maridaje: el ocio y la cultura confluyen en un espacio para que el consumidor no tenga que elegir entre disfrutar del arte, ir de compras o a tomarse algo.

La Fiambrera nació en el madrileño barrio de Malasaña (C/Pez, 7) con el objetivo de aunar en un mismo espacio tienda de curiosidades y regalos, librería, cafetería y galería de exposiciones. Allí podemos encontrar modernidad, ilustración y nuevos creadores. Su última propuesta es Teenage Rampage, una colección de carteles de Álvaro P-FF (Madrid, 1973) homenaje al rock and roll que influyó tan decisivamente en la juventud de la segunda mitad del siglo XX.

Sin movernos de barrio, en Verbena Bar (C/Velarde, 24), encontramos un bar-restaurante de estilo tiky, con en un ambiente bastante hipster y platos de lo más castizo a los que se les ha dado una moderna vuelta de tuerca. Pequeño, pero con buena atención, música y copas. De sus paredes cuelgan obras de jóvenes y poco conocidos artistas, fundamentalmente patrios, a la venta a muy buenos precios. Noemí Llantada y La ortopedia de El Manco son dos ejemplos de gente que ha pasado por allí y ha triunfado. El sitio es malasañero 100%

En apenas cinco años Lucía Ruiz-Rivas ha visto cómo triunfaba su por entonces nuevo concepto de negocio. Se sitúa en un espacio envidiable del barrio de las Salesas (C/Fernando VI, 13). Es muy fácil caer rendido a las tentaciones de Do Design. Tiene firmas de moda e interiorismo nórdicas y un estilo que llama la atención desde el enorme ventanal de la entrada. Hay también una pequeña librería con publicaciones (revistas y fanzines) de fuera que uno puede ojear mientras se relaja tomando un café antes o después de disfrutar de su muestra de arte.

¿Recordáis el furor que causaron hace un par de años los bares clandestinos? Son esos espacios que pueden ser carnicería de día y garito de noche. Pues Kikekeller (C/Corredera Baja de San Pablo, 17) entra dentro de la categoría, pero con la particularidad de que suma el diseño de calidad a la propuesta. Se trata de un estudio y tienda de muebles que al caer el día se convierte en bar de copas y sala de exposiciones. Así, uno puede aprovechar para renovar la casa (todos los muebles están a la venta) o comprar una de las obras que cuelgan de las paredes, y que se renuevan cada dos meses, mientras toma un vino, una caña o las primeras copas. Conviene no perderse estos días las diferentes formas de entender el dibujo y la simbología de Alexander Makenzie.

En Barcelona ha abierto este año HG Gallery (C/Rosellón, 285), una galería de arte y concept store que vende ropa, artículos de papelería y libros de artista de edición limitada. Sus artífices son los fotógrafos de moda Cristian B. Hunter y Martin C. Gatti. De hecho, la sala de exposiciones se inauguró con una exhibición de sus propias obras. Sus fotos, con Nieves Álvarez o Bruno Mars como protagonistas, han protagonizado editoriales en cabeceras como Vogue y Esquire.

El diseño ético es la seña de identidad de Offbeat, un local que abrió sus puertas en el Raval de Barcelona (C/Sant Vicenç, 11) el pasado año. Parece de esas tiendas predestinadas a triunfar. Su oferta incluye no solo moda y complementos originales, made in Spain y sostenibles (lo que ya son puntos a favor), sino también piezas de edición limitada y de diseñadores emergentes, sobre todo, de la ciudad. Ese planteamiento se traslada a la muestra de ilustraciones alojada en sus paredes. Te puedes ir a casa con una obra nueva o, al menos, el recuerdo de una joven promesa del dibujo.