“Las ondas gravitaciones son las nuevas mensajeras del universo”
Alicia Sintes, directora del grupo de Física Gravitacional de la Universidad de las Islas Baleares

Alicia Sintes lidera un equipo de investigación puntero dedicado a la detección y análisis de ondas gravitacionales, uno de los descubrimientos científicos más importantes de la última década. Su observación ha permitido, entre otras cosas, detectar por primera vez el nacimiento de un elemento pesado en el espacio (el estroncio) y podría ayudarnos a saber más sobre los primeros instantes del universo. Sintes ha sido la ganadora de los Premios Mujeres a Seguir 2021 en la categoría de Ciencia.
El 11 de febrero de 2016, el Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (LIGO, por sus siglas en inglés) detectó la señal correspondiente a una onda gravitacional producida por la fusión de dos agujeros negros. Por primera vez, un equipo de científicos observaba de forma directa lo que Albert Einstein había propuesto un siglo antes. En 1915, Einstein afirmó que algunos de los eventos más destructivos que ocurren en el universo (por ejemplo, la fusión de dos agujeros negros) generan ondas gravitacionales. “Las ondas gravitacionales no son más que perturbaciones en el tejido del espacio-tiempo que se propagan a la velocidad de la luz”, explica Alicia Sintes, profesora de Física Teórica en la Universidad de las Islas Baleares y directora de su grupo de Física Gravitacional. Durante cien años solamente tuvimos indicios indirectos de su existencia, pero en 2016, el avance tecnológico permitió tener por fin la prueba definitiva. “Estas ondulaciones se pueden detectar con observatorios basados en interferometría láser, los instrumentos ópticos más sofisticados, sensibles y complejos que el hombre ha construido jamás”.
Alicia Sintes es colaboradora del consorcio internacional LIGO para la detección de ondas gravitacionales. Los padres del proyecto fueron reconocidos en 2017 con el Nobel de Física y el Premio Princesa de Asturias. “La detección de las ondas gravitacionales ha marcado un hito en la historia de la ciencia, ya que nos ha permitido confirmar otra de las predicciones de la teoría de la relatividad general de Einstein y nos ha abierto una nueva ventana de observación al universo. Las ondas gravitaciones son las nuevas mensajeras del universo, nos aportan información sobre sus fenómenos más exóticos y violentos, como fusiones de agujeros negros, fusiones de estrellas de neutrones, explosiones tipo supernova o estallidos de rayos gamma. Incluso podríamos llegar a averiguar qué pasó justo después del Big Bang, cuando el universo no tenía siquiera un segundo de vida”.
Además de en LIGO, Sintes está de lleno metida en el desarrollo de LISA, un proyecto conjunto de la ESA y la NASA para medir ondas gravitacionales en el espacio, y del Einstein Telescope, que las observará desde la Tierra. LISA enviará al espacio tres satélites que se situarán en formación triangular separados 2,5 millones de kilómetros. “Esto nos permitirá ver fusiones de agujeros negros supermasivos”, indica Sintes. El Observatorio Einstein será un telescopio subterráneo terrestre con la forma de un triángulo equilátero con unos brazos diez kilómetros de longitud. “Ahora solo estamos observando nuestro universo cercano. Es la punta del iceberg. El Einstein Telescope nos permitirá observar millones de eventos al año, hasta la edad oscura del universo”.
Estudiar Física fue para Alicia Sintes una elección natural. “Yo crecí en Menorca, que aún goza de cielos oscuros. Cuando era pequeña me fascinaba contemplar el cielo. Eso hizo que me empezara a hacer preguntas sobre el universo y sus leyes”. Tras especializarse en relatividad general, se metió de lleno en la investigación de las ondas gravitacionales. “Me atrajo mucho porque estaba claro que eso era un campo emergente con un gran potencial de descubrimientos”, explica. “En la historia de la astronomía, cada vez que se ha abierto una nueva banda en el especto eletromagnético a la observación ha habido grandes descubrimientos. Estas ondas gravitacionales no solo aportan una nueva banda, sino todo un nuevo espectro, y esto nos va a permitir observar fenómenos que a día de hoy no puedo ni imaginar.
Este artículo se publicó primero en el último número de MAS en papel.