Justa Freire, la maestra republicana que se ha quedado sin calle en Madrid
Ha fracasado el último intento de mantenerla en el callejero de la ciudad en lugar del general Millán Astray

Durante tres años, una calle del madrileño distrito de Latina ha rendido homenaje a Justa Freire, pedagoga avanzada a su tiempo, figura destacada del sistema educativo de la Segunda República y desconocida para la mayoría de ciudadanos. Nacida en 1896 en Moraleja del Vino (Zamora), se trasladó en 1921 a Madrid, donde obtuvo plaza en el Grupo Escolar Cervantes, un centro vinculado a la Institución Libre de Enseñanza. Allí Freire se encargó, entre otras cosas, de la formación de los maestros. Ella misma viajó a Bélgica y Francia para mejorar su formación pedagógica. A principios de los treinta continuó con esa labor en distintos centros, convirtiéndose en una de las primeras españolas en dirigir un equipo docente formado por hombres (en el Grupo Escolar Alfredo Calderón). En esa época colaboró también como maestra con las Misiones Pedagógicas, el proyecto de escuela ambulante del gobierno republicano que llegó a cerca de 7.000 pueblos y aldeas gracias a la participación de más de medio millar de misioneros, entre ellos María Zambrano, Luis Cernuda, Ramón Gaya, María Moliner o Maruja Mallo.
Durante la Guerra Civil, Justa Freire fue evacuada, junto a los niños de su centro, a Valencia, donde el Gobierno le encargó que colaborara en la creación de las Comunidades Familiares de Educación y donde fue ascendiendo hasta ser nombrada delegada nacional.
Tras el fin de la guerra fue condenada a seis años de prisión por el régimen franquista. Finalmente pasó dos años en la Cárcel de Mujeres de Ventas, donde se hizo cargo de la escuela de presas. Una vez recuperada la libertad dio clases particulares y fue secretaria en el Colegio Británico. En 1952 solicitó que se le permitiera reingresar en el cuerpo de maestros nacionales. Al año siguiente recuperó su plaza, pero perdió su antigüedad, todos los derechos previos y recibió la prohibición expresa de ejercer en Madrid. Por ello, en 1954 se trasladó a ejercer en Manresa. Durante sus últimos años volvió al Colegio Británico a dar clase y colaboró con la revista El magisterio español. Murió en Madrid, en 1965, a los 69 años de edad.
En abril de 2018, Justa Freire sustituyó al general Millán Astray en el callejero de Madrid. La calle a la que el fundador de la Legión daba nombre pasó a ser bautizada en honor de la maestra republicana, al igual que cambió la nomenclatura de otras 51 calles de la capital. Fue una iniciativa del Ayuntamiento de Madrid, dirigido entonces por Manuela Carmena, para cumplir con la Ley de Memoria Histórica, que obliga a las administraciones públicas a retirar las placas y todas las menciones conmemorativas de la sublevación militar, la Guerra Civil o la represión de la dictadura.
La decisión, aprobada entonces en el pleno del consistorio, fue recurrida ante la justicia por una plataforma y, tras dos sentencias contradictorias (una que avalaba el cambio de nombre y otra que lo anulaba), fue finalmente tumbada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. En una sentencia publicada el pasado mayo, el alto tribunal madrileño argumentaba que el reconocimiento a Millán Astray se debía a su papel en la guerra de Filipinas y a su carácter de fundador de la Legión. La sentencia indicaba también que en el expediente administrativo presentado por el Ayuntamiento no había quedado suficientemente acreditadas su implicación como propagandista durante la guerra y su participación en actos de represión franquista. Como este, algunos otros cambios de nombre aprobados por el gobierno de Carmena también han sido revocados por decisiones judiciales estos años.
La última esperanza para mantener a Justa Freire en el callejero madrileño residía en una propuesta presentada ayer por el PSOE ante el pleno del Ayuntamiento para conservar el nombre de su calle y los de Memorial 11 de marzo de 2004 y Avenida Institución Libre de Enseñanza (las antiguas Caídos de la División Azul y Hermanos García Noblejas). Finalmente la propuesta fue rechazada con los votos en contra de Partido Popular, Vox y Ciudadanos, por lo que las tres calles recuperarán sus anteriores denominaciones.
