Visionarias y desconocidas
El nuevo libro de Mercedes Palacios recuerda a las inventoras olvidadas

“El limpiaparabrisas, la sierra circular, el envasado al vacío o los botes salvavidas, son inventos tan cotidianos como invisibles son las mujeres que los idearon”, dice Mercedes Palacios en la introducción de Visionarias. El libro, escrito e ilustrado por ella y editado por Bridge, hace un relato biográfico de 33 inventoras de las que se sabe poco, aunque sus creaciones cambiaran el mundo.
Desde Sybilla Masters, que ideó un molino para hacer harina de maíz, la primera inventora que consta en los registros, aunque la patente se la dieran, en 1715, a su marido (la primera otorgada a una mujer la consiguió Mary Dixon Kies en 1809 con un nuevo sistema de manufactura de sombreros), hasta Margarita Salas, que en 1981 descubrió el proceso para replicar ADN a partir de pequeños fragmentos. También recuerda, entre otras, las historias de Sarah Babbit, inventora de la sierra circular; Ada Lovelace, una de las responsables del lenguaje de programación; Nancy Johnson, que ideó una máquina para hacer helados, o Sarah Mather, a quien debemos el telescopio.

Además de Salas, en la lista hay otras tres españolas. La primera es Fermina Orduña, la primera mujer en obtener una patente en nuestro país. En 1865 diseñó un carruaje para transportar la leche hasta el consumidor en condiciones higiénicas. Unos años después, Concepción Aleixandre, pionera de la ginecología en España (fue la novena mujer en doctorarse en Medicina), inventó un nuevo pesario vaginal hecho de aluminio más cómodo y seguro que los anteriores, fabricados con caucho. Por último, la maestra Ángela Ruiz Robles creó en 1949 el primer prototipo de ebook, un libro interactivo en el que los niños podían aprender de cualquier materia.

