La realidad virtual es el arma de Charo Ortín para acelerar la recuperación de los pacientes en las UCI
La experta en neurovirtualidad ha desarrollado un método que permite retirar antes los respiradores a enfermos COVID y otros pacientes críticos
Hace unos años, la terapeuta Charo Ortín desarrolló un innovador método de rehabilitación que utiliza la realidad virtual para ‘engañar’ al cerebro y ayudar a los pacientes con lesiones motoras a recuperar la movilidad. El Proyecto Foren, que es como se llama (Foren es también el nombre del centro de rehabilitación que Ortín dirige en Tres Cantos, al norte de Madrid), nació cuando su creadora buscaba una forma de recuperar las conexiones neuronales afectadas por un accidente o un ictus que, al quedar dañadas, impiden que los pacientes puedan caminar, erguirse o comer solos. Ellos siguen sabiendo cómo hacer esas cosas, pero sus conexiones neuronales son débiles y no consiguen transmitir correctamente las órdenes del cerebro.
Charo Ortín comprendió que la neurovirtualidad podía ser una buena herramienta para activar la plasticidad neuronal del cerebro, y desarrolló un sistema para lograrlo que combina VR con estímulos físicos. Así, el paciente, con las gafas puestas, observa gracias a la realidad virtual cómo se mueve, por ejemplo, su pierna, y al mismo tiempo, el terapeuta le aplica un estímulo (por ejemplo, electroestimulación) que le hace sentir ese movimiento que está observando y que trata de imitar. Se produce entonces la congruencia: el paciente cree y siente que se mueve, reforzándole. Por ese proyecto, que ha conseguido resultados sorprendentes en pacientes con lesiones motoras, recibió en 2018 el Premio Especial MAS SMARTgirl by Samsung.
Pero Ortín sabía que su método podía tener también otras posibilidades terapéuticas. Así nació Foren UCI, fruto de un desarrollo de esa tecnología para pacientes con asistencia respiratoria y riesgo de fallo diafragmático ingresados en unidades de cuidados intensivos. “Los pacientes de UCI sufren de una manera catastrófica el inmovilismo, con altos índices de mortalidad y dependencia tras el alta. El motivo es que la atrofia del diafragma se da en más del 40% de los casos y el riesgo de sufrir una miopatía severa llega al 80%. Este fenómeno tan grave de debilidad muscular desemboca en la pérdida de funcionalidad e implica importantes secuelas”, explica. Lo estamos viendo en los casos de COVID-19, pero también en los de cualquier otra enfermedad que obligue a una sedación, a un encamamiento prolongado o a estar conectado a un respirador. “Por este motivo hemos querido ofrecer una herramienta que fomente el trabajo neuromuscular en el diafragma y en la musculatura accesoria respiratoria, buscando frenar ese deterioro funcional y acelerar el alta”. Se trata de una técnica que combina un software específico con gafas 3D y electroestimulación simultánea, y que, aplicada los pacientes que están conectados a un respirador, les ayuda a recuperar más rápido su musculatura respiratoria. El Hospital San Juan de Dios de Córdoba ha sido el primero en probar Foren UCI en pacientes críticos con el objetivo de acelerar la retirada de la ventilación mecánica.
La fisioterapia respiratoria es indispensable en la recuperación de los pacientes que están ingresando en la UCI a causa de la COVID-19, ya que la enfermedad hace que muchos sufran un intenso deterioro muscular que retrasa su capacidad de volver a respirar por sí solos. Pero esta no es la única amenaza que puede provocarles a ellos y al resto de pacientes UCI graves secuelas. En estos casos es frecuente que los mecanismos de plasticidad de las neuronas (su capacidad para aprender o desaprender algo) se activen de forma negativa. El motivo es que el cerebro está diseñado para ahorrar energía y si mover un miembro supone para él un gran esfuerzo, puede optar por ‘olvidarlo’, provocando atrofia y otros problemas de control motor. “El sistema nervioso emplea las conexiones sinápticas y las vías más eficaces para la transmisión nerviosa teniendo en cuenta la eficacia. Cuando ocurre una lesión que impide que los axones de las neuronas puedan comunicarse, el fenómeno más inmediato en el sistema nervioso es el de la compensación, sacrificando esa vía sináptica y llegando a un inmovilismo permanente. Durante los primeros meses tras la lesión, las neuronas son mucho más permeables a un reaprendizaje y una plasticidad positiva, por lo que se trata de un momento ideal para trabajar la recuperación en el control motor. Si la rehabilitación no se comienza en la fase aguda, pueden aparecer otras complicaciones como dolor complejo, rigidez articular o depresión”. Por eso, incluso después de haber sido dados de alta, hay pacientes que nunca llegan a recuperar su vida anterior y tienen que seguir haciendo constantes visitas al hospital. Foren UCI también les ayuda a recuperar la movilidad lo antes posible para evitar esas secuelas.
El Hospital San Juan de Dios ha sido el primero en incorporar esta tecnología, pero su responsable espera que dentro de poco llegue a otros centros. “Muchas UCI se han puesto en contacto con nosotros para conocer más el producto y discutir sobre los perfiles de pacientes que más puedan beneficiarse. Estamos muy animados con el apoyo de los profesionales y confiamos en poder implantar varias unidades en distintos hospitales. Comenzar en el Hospital San Juan de Dios de Córdoba era muy importante para nosotros porque su líder, el doctor José Carlos Igeño, es un primer espada de la medicina intensiva y un gran defensor de la humanización de los cuidados en la UCI. Alfonso Cosano, fisioterapeuta del hospital, es también un profesional increíble que aprendió en tiempo récord el manejo de la tecnología”.