Millennial, feminista y ecologista: así es Sanna Marin, la primera ministra más joven del mundo
Marin encabezará un Gobierno de coalición liderado completamente por mujeres

A sus 34 años, Sanna Marin se convertirá esta semana en primera ministra de Finlandia y, de paso, en la persona más joven en ocupar este cargo en todo el mundo. La hasta ahora ministra de Transporte y Comunicaciones fue elegida el domingo por su partido para sustituir al anterior primer ministro, el también socialdemócrata Antti Rinne, que dimitió la semana pasada después de haber perdido la confianza de sus socios de gobierno por la gestión de una huelga de trabajadores postales. Marin jurará su cargo probablemente mañana.
Cuando, inmediatamente después de la votación del domingo, los medios locales le preguntaron por la cuestión de la edad, ella le restó importancia. “Responderé de la misma manera que he hecho antes”, dijo. “Ni siquiera he pensado en mi edad o en mi género. Pienso en las razones que me hicieron meterme en política y en las cosas por las que nos hemos ganado la confianza del electorado”.
Nacida en 1985 en Helsinki, en el seno de una familia con pocos recursos, Sanna Mari, representa al ala más progresista y ecologista del partido Partido Social Demócrata finés (SDP). “Soy un producto del estado de bienestar y me siento agradecida por la forma en que la sociedad me ha apoyado en los momentos difíciles de mi vida. Tuve una infancia segura, una educación y la posibilidad de perseguir mis sueños. Hacerlo posible para todos es lo que me ha llevado a la política”, escribió en una carta dirigida a sus compañeros de partido tras anunciar su intención de suceder a Rinne.
Madre de un niño de casi dos años, Marin es también una feminista convencida y defensora de los derechos de las minorías. Se crio en una familia formada por una madre soltera y su pareja, otra mujer, en un momento en el que el matrimonio homosexual todavía no estaba reconocido en Finlandia. En algunas entrevistas ha reconocido que de niña no hablaba de su familia por temor al rechazo y por ello ha descrito su infancia como “invisible”. Eso también ha configurado su visión del mundo. "Soy de una familia homoparental y eso sin duda ha hecho que la igualdad, la paridad y los derechos humanos sean muy importantes para mí".
De niña se trasladó con su familia a Tampere, la tercera ciudad de Finlandia, donde se graduó en Administración Pública. Comenzó su carrera política en 2012, cuando fue elegida para el consejo local de esa ciudad y es miembro del Parlamento desde 2015. Al principio de la última campaña electoral tuvo que sustituir al entonces líder del partido socialdemócrata, Antti Rinne, durante una baja por enfermedad. También es vicepresidenta del SDP y seguirá siéndolo hasta que, si todo se desarrolla de forma normal, asuma su liderazgo en el congreso del próximo junio (Rinne seguirá hasta entonces ejerciendo como tal).
Aunque el perfil de Sanna Marin sea bastante distinto al de otros mandatarios mundiales, no resulta tan insólito en Finlandia. Desde hace seis meses, el país está gobernado por una coalición formada por cinco partidos y todos están liderados por mujeres. Cuatro de ellas tienen menos de 35 años. Son, además de Marin, Katri Kulmuni, de 32 años, líder del Partido de Centro y ministra de Economía; Maria Ohisalo, de 34 años, representante de los Verdes y ministra de Interior; Li Andersson, miembro de la Alianza de Izquierdas y, a sus 32 años, ministra de Educación, y Anna-Maja Jeriksson, de 55 años y líder del Partido Popular Sueco (que represente a la minoría suecohablante del país) y ministra de Justicia.
La noticia ha sido celebrada incluso por adversarios políticos como Alexander Stubb, primer ministro de Finlandia de 2014 a 2015 y miembro del partido de centroderecha Coalición Nacional, que ha publicado en Twitter que tener un gobierno dirigido por mujeres "demuestra que Finlandia es un país moderno y progresista (…) Algún día el género no importará en un gobierno. Mientras tanto, somos pioneros”.
My party is not in government, but I rejoice that the leaders of the five parties in government are female. Shows that #Finland is a modern and progressive country. The majority of my government was also female. One day gender will not matter in government. Meanwhile pioneers. 👍 pic.twitter.com/dW8OMEOiqb — Alexander Stubb (@alexstubb) December 9, 2019
Ese papel pionero no es nuevo. Durante décadas, las mujeres han tenido una importante presencia política en Finlandia. El país fue el primero del mundo en aprobar el sufragio femenino en 1906. En las elecciones celebradas al año siguiente fueron elegidas19 mujeres, lo que representaba al 9,5% de los legisladores. En las elecciones de 1983 ocuparon el 30% de los escaños, en las de 2007, el 40% y actualmente, el 47%. "Tenemos una base muy amplia de mujeres en política y hemos tenido una situación de casi igualdad en la esfera política durante más de 35 años", asegura Anne Holli, profesora de ciencias políticas en la Universidad de Helsinki en declaraciones al New York Times. En esas circunstancias, señala, "una puede esperar que algo así suceda tarde o temprano".
De hecho, casi todos los analistas políticos del país coinciden en señalar que la edad ha jugado un papel más significativo (también simbólico) que el género en los últimos tiempos y que Marin y sus compañeras de coalición representan un cambio generacional. "Hay una demanda en este momento de mujeres jóvenes en puestos clave", asegura Jenni Karimaki, investigadora principal del Centro de Estudios Parlamentarios de la Universidad de Turku. "Está cambiando la imagen de qué tipo de personas pueden asumir una responsabilidad política de alto nivel". Aunque como reconoce Holli, el factor género tampoco es precisamente irrelevante: “Nadie me llamaba cuando en los partidos había jóvenes líderes masculinos”, señala.
El gobierno de coalición finlandés, ahora con Sanna Marin al frente, seguirá trabajando con el mismo programa pactado hace seis meses y centrado en la creación de empleo, la defensa del estado de bienestar y unos ambiciosos objetivos climáticos que persiguen que Finlandia alcance las cero emisiones en 2035. También tendrá que enfrentarse al auge del partido de ultraderecha Verdaderos Finlandeses, al que el SDP se impuso por apenas 7.000 votos en abril y que las encuestas sitúan actualmente como primera fuerza política del país.