La batalla de Melo Moreno para liberar el pecho femenino
La ‘influencer’ ha lanzado una campaña con la ayuda de sus seguidores para burlar la censura de Instagram

Hace unos días, la youtuber y cantante Melo Moreno –antes conocida como Yellow Melow— subió una foto en su cuenta de Instagram en la que aparece, junto a su pareja y dos amigas, haciendo topless en una piscina. Siguiendo su política de imágenes, que incluye en la categoría de desnudos y pornografía los pechos femeninos (que no los masculinos), Instagram tardó poco en eliminar la foto.
La respuesta de Melo Moreno fue volver a subirla y, en previsión de que se la eliminaran de nuevo, animar a sus 800.000 seguidores a compartirla también. “A ver cuánto dura la foto… propongo que le hagáis captura y la subáis todos a vuestro perfil de Instagram. Tiene que darse cuenta de que no tiene sentido censurar el pezón femenino cuando el masculino va campando libremente. #freethenipple hostia ya”.
La comunidad ha respondido y desde el fin de semana son miles las personas que han publicado la foto de Moreno y sus amigas. En algunos casos, con aportaciones propias. “A muchos os la borran a los pocos segundos de subirla, pero aun así hay muchísimas… Os amo”, ha escrito la influencer, que explica en un storie por qué lo ha hecho. “Es increíble lo mucho que puede llegar a ofender a algunas personas el hecho de que una mujer grite que quiere ser LIBRE. La queja por la censura a los pezones femeninos en Instagram va más allá de querer hacer lo que nos plazca. Esa censura tiene un mensaje detrás y es precisamente ese mensaje el que hay que cambiar”, ha escrito la cantante en su cuenta.



El movimiento #FreetheNiple (Libera el Pezón) lleva años denunciando el doble rasero utilizado por esta y otras plataformas que rara vez censuran imágenes de hombres sin camiseta, mientras que los pezones femeninos son, independientemente del contexto, eliminados de forma inmediata. El movimiento vuelve a tomar fuerza cuando alguna famosa (por ejemplo, Rihanna, Miley Cyrus o Scout Willis) o usuarias anónimas (como las islandesas hace un par de años) retoman la etiqueta.