Instrumentos ginecológicos ‘vintage’
La fotógrafa Lindsey Beal retrata en 'Parturition' los aparatos con los que atendían los médicos hace un par de siglos

Ir al ginecólogo puede no resultar la experiencia más agradable del mundo, y la mayoría de las mujeres no guardan precisamente grato recuerdo de los cacharros utilizados en las exploraciones o los partos.
La fotógrafa Lindsey Beal retrata en su serie Parturition aparatos médicos con los que atendían los ginecólogos a finales del siglo XIX y principios del XX. Su interés por los temas relacionados con el embarazo y el parto, particularmente por el instrumental, surgió hace unos años, cuando sus amigas empezaron a tener hijos. Después de un tiempo de investigación empezó a viajar a las bibliotecas médicas de Harvard, Yale, Duke y Brown para fotografiar espéculos, fórceps, jeringuillas, fetoscopios, etcétera.
“Esperaba encontrar instrumentos horribles; en lugar de eso, a menudo descubría formas primitivas de herramientas que todavía se usan hoy como los fórceps y los espéculos”, indica. En realidad, lo que más ha cambiado son los materiales. Muchos de estos aparatos no son de metal, sino de madera, cuero o marfil. El motivo es que se desarrollaron antes de que los médicos establecieran la conexión entre los gérmenes y las infecciones.
Durante la mayor parte de la historia los partos fueron atendidos por matronas y en casa. Los médicos no empezaron a intervenir en el proceso hasta la creación de los fórceps en torno al 1600 y las maternidades no se generalizaron hasta el siglo pasado. Como explica la propia Beal, la historia de la obstetricia y la ginecología está llena de contradicciones. “Está plagada de racismo y sexismo”, asegura. “Los instrumentos a menudo eran probados a la fuerza por pobres, esclavos y trabajadoras del sexo. Por contra, sin estos instrumentos mejorados, muchas mujeres habrían tenido que dar a luz niños de embarazos no deseados o habrían muerto en el parto. Por un lado, los médicos varones irrumpieron en el reino femenino de la obstetricia y los partos; por el otro lado, salvaron la vida de muchas mujeres y niños”.




