Tal día como hoy de 1972 fallecía a los 65 años Maria Goeppert-Mayer, ganadora del Premio Nobel de Física en 1963. Fue la segunda mujer de la historia, tras Marie Curie, en recibir este galardón. Ninguna más lo ha conseguido.
Nacida el 28 de junio de 1906 en la ciudad polaca de Katowice, que entonces pertenecía Prusia, se trasladó a Gotinga de niña con su familia cuando su padre obtuvo un puesto en la universidad. Influida por este, entró en el colegio privado Frauenstudium, un centro dirigido por sufragistas que preparaban a las chicas para que accediesen a la universidad. Y así en 1924 se matriculó en la Universidad de Gotinga. Entre sus profesores estaban los premios Nobel Max Born, James Franck y Adolf Otto Reinhold Windaus.
Seis años después se doctoró en Física, se casó con el doctor Joseph Edward Mayer y se mudaron a Estados Unidos, donde él tenía una plaza como profesor en la Johns Hopkins. Mayer trabajó también en las Universidades de Columbia y Chicago. En todas su esposa trabajó como investigadora y profesora voluntaria, aunque en parte por las estrictas normas contra el nepotismo (que no permitían la contratación de familiares del personal) y en parte por el sexismo de la época, no tenía derecho a sueldo.
Hasta 1941 no consiguió su primer puesto remunerado, enseñando ciencias a tiempo parcial en la Universidad Sarah Lawrence. Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial colaboró junto a su amigo Edward Teller en el famoso Proyecto Manhattan que condujo al desarrollo de la bomba atómica.

En 1949 desarrolló el modelo matemático de capas nucleares que permitió explicar la estabilidad de varios núcleos atómicos llamados coloquialmente “mágicos” (por el número de partículas en el núcleo). Gracias a este trabajo obtuvo en 1963 el Nobel de Física, que compartió con los investigadores alemanes J. Hans D. Jensen y Eugene Paul Wigner. "Una madre de San Diego gana el premio Nobel" fue el titular con el que un diario local encabezó la noticia.

En 1960 fue nombrada profesora titular de Física en la Universidad de California. Poco después sufrió un derrame cerebral, aunque pudo seguir dando clase e investigando hasta su muerte en 1972.
Tras su fallecimiento, la Sociedad Americana de Física creó el Premio Maria Goeppert-Mayer para apoyar a las jóvenes físicas en el comienzo de sus carreras. Dos de sus antiguas universidades también la honran. El Laboratorio Nacional de Argonne otorga cada año un galardón a una científica o ingeniera sobresaliente, mientras que la Universidad de California organiza un simposio anual que reúne a investigadoras para hablar sobre la ciencia actual. El cráter Goeppert-Mayer de Venus también le debe su nombre.
En 2011, el servicio postal estadounidense incluyó a Goeppert-Mayer en una colección de sellos con científicos, junto a Melvin Calvin, Asa Gray y Severo Ochoa.
