“Si lo que haces te hace feliz, las cosas fluyen”
Entrevista con Olga García, delantera del FC Barcelona

Cuenta Olga García (Dosrius, Barcelona, 1992) que con solo 3 años ya jugaba con una pelota. El deporte fue desde el principio su gran afición. “Fui probando varios, hasta que vi que lo que más me gustaba era el fútbol”. Dedicarse a algo tan considerado de chicos como el fútbol no le generó el más mínimo problema. “Es cierto que en el colegio algunos niños hacían comentarios. Pero creo que en muchos casos no eran más que envidias. Lo importante es que mis padres me demostraron un apoyo total. Siempre me dijeron que si el fútbol me hacía feliz siguiera adelante. Suelo decir que mis padres son mis fans número uno, y es la verdad”. Empezó jugando en un equipo de fútbol sala de Mataró. Un día, cuando tenía 11 o 12 años, un ojeador del Barcelona la vio y la fichó para su cantera. Llegó al primer equipo en 2010. Con él ha ganado siete títulos, incluido un triplete en su segunda temporada. Tras un par de años en las filas de la Unión Deportiva Levante, regresó a su club de siempre en 2015. Ese mismo año debutó con la Selección.
¿Cuándo te diste cuenta de que podías dedicarte profesionalmente al fútbol?
No era algo que tuviera pensado. El fútbol era simplemente algo que se me daba bien y me hacía feliz. Es cierto que si juegas en el Barça y con el tiempo vas mejorando, llega un momento en el que empiezas a ver la posibilidad de jugar en Primera División, pero no es algo que tuviera planeado desde el principio.
Tú tienes patrocinadores, pero imagino que no debe ser lo habitual
Tengo dos, Nike y Herbalife, pero la verdad es que está costando bastante que los patrocinadores entren en el fútbol femenino. Somos pocas las que gozamos de ese privilegio. Y aunque los tengas, siempre existe el riesgo de perderlos. Que Iberdrola ponga dinero y le preste su nombre a la Liga también ha sido algo muy importante para este deporte.

¿Cómo está ayudando el que los partidos de la liga femenina se hayan empezado a emitir en televisión?
El hecho de que la gente pueda ver no un partido, sino hasta cuatro en algunas ocasiones, está ayudando a mostrar el auge que está viviendo el fútbol femenino en España.
¿Existe la misma rivalidad entre clubes que en el fútbol masculino?
Sí, como en todo deporte, cuando sales al campo lo haces para defender a tu equipo, y ves a los otros como rivales. Aunque siempre con respeto y sabiendo que esa rivalidad se acaba cuando acaba el partido.
Imagino que ni aun jugando en Primera División una puede retirarse y vivir de las rentas. ¿Cuáles son las perspectivas de futuro para una futbolista cuando se acaba esa etapa?
Se está retrasando la edad de retirada, ahora puedes jugar hasta los 31-32 años. Pero es cierto que del fútbol femenino puedes vivir, pero no da para hacer grandes fortunas. Por eso cada vez más gente estudia. Es la manera de encauzar después tu vida.
¿Cuál es tu plan?
Estoy estudiando INEF, me queda un añito para acabar, y después quiero hacer otra carrera. Me gustaría dedicarme al periodismo y la comunicación, siempre enfocado al mundo del deporte. Sería la forma de unir dos cosas que me gustan.
¿Algún sueño que cumplir antes como jugadora?
Ganar una Champions con el Barça y un Mundial con la Selección.
¿Y lo ves posible?
El Barça es un equipo capacitado para hacer grandes cosas. Es difícil porque competimos con equipos que llevan mucho tiempo en la élite, pero es posible. Y con la sección estamos haciendo algo importante. Hemos logrado hacer imbatidas la fase de clasificación [la próxima Eurocopa se juega en Holanda este verano], algo que no se había conseguido nunca, gracias al trabajo de Jorge Vilda y de las jugadoras. Creo que podemos soñar a lo grande.
¿Qué consejo le darías a una niña que se quiera dedicar al fútbol?
Primero, lo más importante es ser feliz y pasarlo bien. Si lo que haces te hace feliz, las cosas fluyen. Y después, perseverancia.
Para acabar, elige a alguna Mujer a Seguir.
Marta Vieira, una jugadora que ha ganado Balón de Oro cinco veces consecutiva. Ha sido capaz de abrir camino al fútbol femenino y convertirse en un mito de este deporte en su país, que es nada menos que Brasil.
