El alcoholismo crece entre mujeres y, según los expertos, lo hará más
Factores biológicos y sociales explican que ellas sean más vulnerables a los efectos del alcohol

El abuso del alcohol y el alcoholismo han sido tradicionalmente problemas masculinos, pero estadísticas y evidencias científicas demuestran no solo que las mujeres, especialmente las jóvenes, se están poniendo al nivel de los hombres, sino que el problema puede ir a peor. Un ambicioso estudio que analiza los hábitos de consumo de alcohol de ambos sexos a nivel global desde 1891 a 2014 indica que la brecha de género se ha cerrado en este ámbito. La investigación, que utiliza los resultados de 68 estudios internacionales, concluye que los hombres nacidos entre 1891 y 1910 bebían el doble de alcohol que las mujeres y tenían tres veces más posibilidades de desarrollar una dependencia y tener problemas de salud derivados del alcohol. Sin embargo, entre los nacidos entre 1991 y el 2000 las cosas se han igualado respecto a las tres variables.
Los dos estudios bienales que realiza el Plan Nacional sobre Drogas confirman esa tendencia también en España. Según la ‘Encuesta Domiciliaria sobre Alcohol y Drogas’, las chicas de entre 15 a 24 años beben más que los chicos de esa edad y el porcentaje de mujeres que consume hipnosedantes es el doble que el de los varones (16% frente a 8,5 %). Por su parte, la ‘Encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias’ indica que de los 285.700 estudiantes que se han iniciado el consumo de alcohol en el último año, 131.100 eran hombres y 154.600 mujeres. El binge-drinking o atracón de bebida (así se llama a consumir cinco o más bebidas en un periodo de 2 horas) es ligeramente superior en chicos (33,4% frente a 31%), pero ellas hacen más botellón (59,3% frente a 55,9%) y presentan un mayor consumo de riesgo (37,3% frente al 26,3% de los chicos). “Dado que el desarrollo de adicción a una droga está fuertemente asociado con un inicio temprano en la edad de consumo, estos datos nos llevan a pensar que el alcoholismo entre las mujeres aumentará en los próximos años”, asegura la doctora María Asunción Aguilar, de la Unidad de Investigación Psicobiológica de las Drogodependencias de la Universidad de Valencia.
Es difícil explicar las causas del alcoholismo, porque es un trastorno en el que intervienen factores sociales, culturales, genéticos, de personalidad, y también biológicos. Investigaciones con animales han demostrado que las hembras son más vulnerables a la mayoría de las drogas. “En un estudio de nuestro laboratorio con ratones observamos que las hembras adultas y los adolescentes de ambos sexos son más sensibles a los efectos reforzantes del alcohol que los ratones macho adultos”, apunta la doctora Aguilar, que explica también que esto puede deberse a factores hormonales: “Existe una interacción entre los estrógenos y la dopamina, el principal neurotransmisor del sistema de recompensa del cerebro, que se libera cuando realizamos conductas que nos agradan como comer, beber, hacer el amor, etcétera”.
Además, debido a las diferencias en la constitución de las mujeres (en la distribución de la grasa, en la metabolización del alcohol, etcétera), son mucho más sensibles a sus efectos. Les provoca más daños en menos tiempo. Por tanto, tienen más posibilidades de desarrollar problemas de abuso y dependencia del alcohol y enfermedades relacionadas con su consumo.
Consecuencias
En muchas casos, son también más vulnerables también a nivel social (tienen parejas alcohólicas, sufren malos tratos, abusos, etcétera) y sufren peores consecuencias: estigmatización, soledad, problemas de aceptación, miedo a alejarse de los hijos o a perder su custodia, etcétera. “Por ello, en muchos casos, se intenta ocultar el problema con el alcohol, lo que retrasa la búsqueda de tratamiento, disminuyendo las probabilidades de que sea eficaz”, señala Asunción Aguilar. “Por otra parte, el riesgo de recaída es mayor en las mujeres, lo que seguramente está relacionado con la interacción existente entre los estrógenos y la dopamina. Esto debería ser tenido en cuenta a la hora de diseñar un tratamiento específico adaptado al alcoholismo femenino”. De momento, los tratamientos no hacen distinciones de género.