Después de 77 días en la carretera, y tras solventar algunos obstáculos que ha encontrado en el camino, La Motera dejaba Pakistán y entraba ayer en la India. Cuando hace un tiempo Marta Insausti empezó a plantearse la posibilidad de hacer un gran viaje en moto, la India fue el destino que eligió (la idea de regresar por el lado contrario y dar así la vuelta al mundo llegó después). La elección no fue caprichosa. La Motera quería conocer de primera mano el trabajo sobre el terreno de la Fundación Vicente Ferrer, una organización con la que colabora desde hace años. También decidió que para el que viaje fuera algo más que una experiencia personal, podría convertirlo en un reto solidario y recaudar fondos para la organización.

Uno de los proyectos de la Fundación en la zona es la construcción de viviendas dignas que sustituyan a las pukas, las chozas en las que viven las castas más desfavorecidas. Esas casas se registran, además, a nombre de la mujer, contribuyendo de paso a su independencia. La Fundación construye también centros comunitarios, unas instalaciones polivalentes que permiten la participación de toda la comunidad en la toma de decisiones. A través de las donaciones de la gente que está siguiendo su aventura, Marta Insausti pretende recaudar el dinero necesario para que la Fundación Vicente Ferrer pueda construir diez viviendas y un centro comunitario más.  Mujeres a Seguir, que desde el principio está siguiendo el viaje de La Motera, ha querido contribuir, con una donación de 1.000 euros, también al primero de sus dos objetivos solidarios (el segundo tiene que ver un proyecto de la Fundación CRIS contra el Cáncer).

Si quieres apoyar saber más sobre el trabajo de la Fundación Vicente Ferrer y apoyar el reto solidario Con ladrillos también se construye la igualdad, puedes hacerlo a través de su blog Carretera y Marta.