El 75% de las personas LGTBIQ+ consideran que no tienen las mismas oportunidades en el trabajo
UGT ha presentado el mayor análisis sobre la situación de este colectivo en el ámbito laboral
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El entorno laboral puede resultar un lugar hostil para el colectivo LGTBIQ+. Y es que la discriminación contra las personas trans y LGTBI en los centros de trabajo está todavía bastante extendida y es normalizada tanto por quienes la sufren como por los testigos y agresores. Así lo indica la segunda edición del informe 'Hacia centros de trabajo inclusivos', realizado por UGT. El análisis se basa en 2.480 respuestas, el 60,95% de personas heterosexuales y el 39% de personas LGTBI.
Más de la mitad de los encuestados consideran que las personas LGTBI no están socialmente aceptadas (el porcentaje sube hasta el 70% cuando se pregunta por las personas trans) y el 75% de las personas LGTBI consultadas creen que no tienen las mismas oportunidades, en general, que los heterosexuales. La cifra se eleva el 83% si son trans y no binaries. El informe destaca la exclusión laboral de las personas trans, que reciben en un 55% el rechazo directo e indirecto en los procesos de selección de trabajo por su identidad de género. “Esto genera situaciones de discriminación inaceptables que obligan a ocultar nuestra condición sexual en el trabajo para no penalizar la carrera profesional”, indicó el responsable confederal de Acción LGTBI de UGT, Toño Abad, que presentó el informe junto a la ministra de Igualdad, Irene Montero.
El 50% de las personas encuestadas creen que ser LGTBI es un inconveniente a la hora de promocionar, debido a la imagen estereotipada y los prejuicios que existe sobre el colectivo. Ante la dificultad de demostrar estas situaciones de rechazo, es habitual que la persona prefiera cambiar de objetivos laborales y buscar otro empleo o barajar otras opciones en la economía no formal. También es frecuente que oculten su orientación en el ámbito laboral para evitar situaciones de violencia o verse perjudicadas en su carrera. En concreto, el 40% la esconde en el trabajo, aunque en su ámbito familiar y social no lo haga.
Según el informe, “esa ocultación tiene consecuencias: en la renuncia a disfrute de derechos –por ejemplo, los permisos relacionados con el ámbito familiar tales como matrimonio, acompañamiento a cónyuge a consultas médicas– y una disociación de la vida personal y de la vida laboral que genera estrés y una carga de ansiedad que puede afectar a la salud de la persona trabajadora. Un 20% reconoce que la disociación entre la vida privada y la laboral le produce ansiedad y un 11% reconoce que esto le produce, a su vez, dolores musculares por la tensión acumulada. Esta situación de incomodidad con el ambiente laboral produce autoexclusión social en el ámbito del trabajo, pérdida de talento, rendimiento laboral y malestar en el empleo”.
Fuera del ámbito laboral, la mitad de las personas LGTBI (50%) reconocer sufrido algún tipo de violencia verbal en los últimos años. Lo más frecuentes son los chistes ofensivos (78%), pero también insultos y descalificaciones. Los rumores sobre la orientación sexual o la identidad de género también están bastante normalizados en los centros de trabajo. El 84% de los encuestados reconoce haber presenciado alguna vez chistes y rumores sobre personas LGTBI en su trabajo.
Por último, UGT ha preguntado también por cómo ha afectado el debate en torno a la ‘Ley Trans y LGTBI’ a la percepción de la sociedad sobre el colectivo. El sindicato concluye que, aunque la norma ha supuesto un avance significativo en lo que respecta a derechos de las personas trans en todos los ámbitos, especialmente en el laboral, ha supuesto un retroceso en la imagen del colectivo LGTBIQ+. En concreto, el 75% de las personas encuestadas consideran que este debate ha tenido un impacto negativo.