“Emprender es un reto que conlleva salir de nuestra zona de confort”
Lara Díaz y Julia Oliver son las fundadoras de Muris, una marca de calzado infantil fabricado a partir de residuos de uva

Lara Díaz tiene un niño de 2 años y está a punto de dar a luz al segundo. Julia Oliver, por su parte, tiene ya dos, pero en unos meses su familia se convertirá en numerosa. La educación de sus hijos, aseguran, se basa en la dedicación y el cariño. “Queremos ser un modelo a seguir. Es evidente que los niños aprenden mucho de nosotros, así que intentamos ser un buen ejemplo para ellos en cuanto al manejo del estrés, la incertidumbre y desafíos que nos presenta la vida. Creeos en nuestra misión aquí no es solucionar todos sus problemas sino acompañarlos en este camino, a veces tan difícil, que es la vida”. En este proceso, el respecto por el entorno en el que viven tiene un papel muy destacado. “Desafortunadamente, la sostenibilidad ya ha dejado de ser una alternativa y ha pasado a ser una obligación moral para toda la sociedad. Si no ponemos un poco de nuestra parte, dentro de poco no quedará nada para las generaciones futuras. Por suerte, nuestros hijos ya han nacido con este concepto incorporado a sus vidas: en su casa, en la de los abuelos, en el cole...”
Además de compartir la entrega por los suyos y sus valores vitales, Díaz y Oliver se han embarcado ahora juntas en la aventura de lanzar Muris, una marca de calzado infantil comprometida con el correcto desarrollo, crecimiento y bienestar de los pies de los pequeños. La firma tiene distintos modelos de zapatos producidos con biomateriales generados a partir de residuos de uva. Los diseños se crean en Barcelona y la fabricación se lleva a cabo en Portugal, para garantizar la calidad de la producción.
¿Qué caracteriza a este calzado y lo hace diferente? ¿Cuál es su originalidad?
Nuestro calzado cumple con todos los atributos que debería tener un calzado infantil respetuoso: ser sumamente flexible, tener una suela plana de 3 milímetros que reproduce la sensación de andar descalzo, estar diseñada con un casco para prevenir el valgo fisiológico, contar con una puntera ancha que permite el libre movimiento de los dedos y prescindir de estructuras rígidas como el contrafuerte. El segmento del calzado infantil respetuoso no es muy amplio, pero lo que hace realmente originales a nuestros zapatos es que están fabricados con un producto sostenible compuesto por un 80% de material orgánico proveniente de residuos de la uva. Somos el primer calzado infantil respetuoso que tiene la sostenibilidad como eje principal de sus procesos. Desde que creamos la marca, luchamos para formar parte del cambio y contribuir a que los niños vivan en un mundo más respetuoso y sostenible a largo plazo.
Los zapatos solo se pueden adquirir en vuestra web. ¿Por qué apostar por 100% por el canal digital?
Vender en tienda física es una opción que, a día de hoy, descartamos. Para hacerlo necesitas mucho stock de producto del que nosotros no disponemos, por el esfuerzo que hemos destinado a la elección de materiales sostenibles, la creación de hormas a medida y de moldes específicos. Preferimos ser fieles a nuestra idea y reducir nuestro margen para poder ofrecer un producto de calidad con estas características a un precio justo para el consumidor.
De momento os habéis centrado en zapatos infantiles, ¿os planteáis ampliar el target?
De entrada, saldremos con tallas de la 20 hasta la 27. Estamos contemplando el trabajar para ampliar algunas tallas si el producto tiene una buena acogida. Pero por el momento descartamos hacer calzado para adultos.
En los meses que lleváis con el proyecto, ¿qué ha sido lo más difícil? ¿Y lo más satisfactorio?
Nunca imaginamos lo difícil que podía llegar a ser arrancar una marca como esta. Hacer absolutamente todo (hormas, suelas, moldes, troqueles, etcétera) desde cero es muy costoso. Y si encima añades la variable de la sostenibilidad, que como hemos dicho, es el pilar sobre el que queríamos construir la marca, todo se complica un poco más. En este aspecto, nos propusimos asegurar que los materiales seleccionados no solo fueran sostenibles, sino que también garantizaran los atributos de un calzado respetuoso. Encontrar materiales que fueran resistentes, pero a la vez flexibles ha sido todo un reto. También nos ha costado muchísimo encontrar una fábrica que entendiera el producto y los valores de la marca. Es una industria muy peculiar acostumbrada a trabajar con pieles de animales o microfibras, y nuestro modelo es justamente lo opuesto. Ha costado, pero aquí estamos. Lo más satisfactorio ha sido, sin duda, la acogida que está teniendo entre nuestros amigos y seguidores. Los que han podido probarlos están encantados con ellos y los que nos siguen, no dejan de mostrar un interés poder comprarlos. Esto compensa cualquier esfuerzo.

¿Quiénes han sido vuestros apoyos en este proceso?
Nuestros maridos, sin duda. Ellos son también emprendedores. De hecho, son socios en una empresa que montaron hace años y nos han dado el apoyo necesario sobre todo en los momentos en los que todo se hacía más cuesta arriba. También han sido un gran apoyo con los peques.
¿Cómo habéis compaginado el cuidado de los niños con montar un nuevo negocio?
Esta es otra de las partes difíciles del proyecto que no hemos mencionado antes… Por lo general, la conciliación familiar es poco compatible con montar un negocio o lanzar una marca. Pero, en este caso, hemos tenido la suerte de poder involucrar a nuestros hijos en el proceso y nos han ayudado muchísimo testeando nuestros productos y dándonos su opinión. Ahora solo quieren llevar Muris.
¿Qué consejo daríais a una mujer que quiera emprender?
Creemos que cada caso es un mundo. Cada cual tiene que evaluar su situación personal y profesional para decidir si le merece la pena emprender o no, o si es el momento adecuado para hacerlo. A todas las mujeres que estén pensando en emprender les diríamos que si lo ven claro, se animen. Es todo un reto que conlleva salir de nuestra zona de confort y, pese a que puede llegar a dar vértigo, para nosotras está siendo una experiencia maravillosa.
Por último, ¿qué os gustaría aportar con este proyecto a la sociedad y al planeta?
Al final lo que buscamos es muy simple de explicar y difícil de conseguir. Hemos lanzado esta marca para fomentar el libre desarrollo de los pies de los más pequeños, ofreciéndoles un calzado que cumpla todas sus necesidades de crecimiento. Y esto lo hemos hecho pensando desde el inicio en el eje principal de nuestra marca: la sostenibilidad. Es fantástico que cada día haya más marcas preocupadas por el desarrollo de los más pequeños, pero echamos en falta empresas que apuesten de forma sincera por un desarrollo sostenible. Todos los esfuerzos que hagamos hoy en este ámbito permitirán que la generación de nuestros hijos tenga un futuro mejor. Nos gusta la idea de que ellos, desde sus primeros pasos, contribuyan a mejorar el planeta que, al fin y al cabo, les quedará a ellos y a las siguientes generaciones.
