María Villar tiene 22 años y en la actualidad cursa en el laboratorio de aprendizaje Teamlabs de Madrid el grado Liderazgo Emprendedor e Innovación, un título basado en la metodología finlandesa Tiimiakatemia, donde se aprende creando en equipo empresas reales y viajando por el mundo. Así ha surgido el proyecto que ahora encabeza, Foodinn, una aplicación web con la que es posible ver la carta, pedir y pagar en los restaurantes únicamente escaneando un código QR, sin tener que descargar ninguna app en el móvil o registrarse a través de un formulario. La herramienta ha captado ya el interés de empresas de restauración como Lizarran, Grupo LALALA o Grupo Comess, y ha conseguido 50.000 euros de financiación inicial para su lanzamiento al mercado.

La idea, explica Villar, surgió tras la vuelta del primer confinamiento, cuando ella y su equipo se dieron cuenta de cómo había cambiado nuestra forma de interactuar con los restaurantes. “De un día para otro, los comensales se habían acostumbrado a utilizar su móvil como herramienta para relacionarse con el restaurante y vimos claro que teníamos que hacer posible el terminar todo el proceso de pedido. A partir de ahí nos pusimos manos a la obra. Dedicamos cerca de un mes a hablar con las personas que están en el día a día de la restauración para asegurarnos de que fuera una solución que les generase valor. Volcamos todo el conocimiento que generamos en una primera versión del producto que conseguimos tener poco tiempo después gracias a Fran, el programador con el que trabajamos”. Su objetivo era que fuera lo más fácil de utilizar posible. Al ser una aplicación web, no hace falta descargarse ninguna aplicación ni registrarse. Basta escanear el código QR para ver la carta y pedir con el móvil desde la mesa. Todas las personas que van juntas acceden a la misma ‘mesa online’, por lo que, al terminar su comida, pueden consultar la cuenta, saber qué ha pedido cada uno y pagar el importe que deseen. 

Según su creadora, la app tiene ventajas tanto para los establecimientos como para los clientes. “Para los restaurantes, la principal ventaja es que consiguen optimizar la labor de sus camareros, por lo que pueden dedicar tiempo a lo importante: recibir a los comensales, dar una atención personalizada, etcétera. Con esto además se consigue agilizar los tiempos del restaurante, lo que permite una mayor rotación de las mesas. Por otro lado, facilitamos que se pueda dejar a los camareros la propina  que poco a poco han ido perdiendo con el aumento de los pagos con tarjeta”. De cara a los clientes, apunta Villar, “Foodinn les ofrece la clara ventaja de elegir cuándo quieren pedir y más importante cuándo quieren pagar, sin espera ninguna y de la forma más intuitiva. Además de la posibilidad de pagar su parte en un ‘click’. Otro factor importante es poder ver la carta en un formato muy visual que facilite la elección de los platos”.