Puede que las mujeres demuestren menos ambición, pero no por el motivo que crees
La teoría más popular, que la maternidad mata sus ambiciones profesionales, no es al parecer el motivo principal

La mayoría de los responsables de empresas, independientemente de su género, aseguran que las mujeres son en general más reticentes a aspirar a los altos cargos que los hombres, y muchos estudios así lo confirman. Es lo que se conoce como la brecha en la ambición, y los expertos en cuestiones de género lo explican de muchas formas distintas: exceso de perfeccionismo o falta de confianza por parte de las mujeres, que no han sido educadas para ejercer el liderazgo y, sobre todo, que suelan asumir más cargas familiares. La explicación más popular es que si bien la mayoría de las mujeres empiezan sus carreras con ganas de ascender, a partir de los 30 muchas tienen hijos y cambian sus prioridades.
Probablemente haya un poco de todo lo comentado, pero un reciente estudio de la consultora Boston Consulting Group aporta un nuevo enfoque, y es que una parte del problema, y una parte importante, está en las propias empresas. La consultora encuestó a más de 200.000 personas de casi 200 países que trabajaban en distintos tipos de empresas y sectores, y con distintas edades y situaciones familiares. Lo que descubrieron es que el deseo de las mujeres por llegar a lo más alto no depende tanto de su situación familiar como de la empresa en la que trabajen: en compañías con políticas de igualdad de género y en las que las mujeres ven posibilidades reales de avanzar, estas demuestran más ganas de llegar a puestos directivos. En concreto, el 85% de las mujeres de entre 30 y 40 años que dijeron trabajar en empresas en las que se fomenta la diversidad manifestaron su deseo de ascender, frente a solo el 66% de las que trabajan en empresas que no se preocupan por esta cuestión.
Los responsables del estudio indican que las mujeres son ambiciosas, pero también muy racionales y responden al ambiente de trabajo con el que se encuentran. Es decir, que si reciben en sus empresas señales de que independientemente de lo que hagan no van a llegar a la cima, es probable que dejen de intentarlo o busquen pastos más verdes. “Acaban dejando esas organizaciones y marchándose a otros sitios porque no ven oportunidades, pero también les hace sentirse privadas de derechos y cuando eso pasa, la gente es menos ambiciosa ”, explica Matt Krentz, socio de BCG y uno de los responsables del estudio. Por tanto, y en su opinión, el cambio fundamental no tiene que venir tanto del lado de las mujeres como de la cultura corporativa: “Decir a las mujeres que simplemente lo intenten con más fuerza cuando están participando en un juego en el que las reglas se amontonan en su contra puede generar sensacionales y aislados casos de éxito, pero no producirá un avance significativo”.