El hogar de los emprendedores
El Campus Madrid de Google cumple su primer aniversario como vivero de ‘startups’
Ha pasado un año desde que Campus Madrid abriera sus puertas. El de Madrid fue el cuarto centro de este tipo que Google ponía en marcha, tras los de Londres, Tel Aviv y Seúl (después abrieron también en Varsovia y Sao Paulo). La idea era que se convirtiera en un espacio en el que los emprendedores pudieran trabajar, aprender e interactuar entre ellos. “Google nació como una ‘startup’ en un garaje, lleva el emprendimiento en el ADN. El próximo Google no tiene por qué venir de Silicon Valley. Hay mucho potencial en otros ecosistemas, lo único que hay que hacer es plantar la semilla”, aseguraba Sofía Benjumea, directora del Campus, en el evento que celebró su primer aniversario y en el que se dieron cita algunas de las empresas que alberga.
La cafetería es el corazón de Campus Madrid. Es un espacio abierto que ocupa la planta baja y el primer piso. Hay wifi, amplias mesas, café y comida sana. Allí los emprendedores pueden trabajar libremente. La única condición es registrarse antes. En estos doce primeros meses, la comunidad del Campus ha superado los 18.000 emprendedores de 98 nacionalidades distintas. De ellos, el 35% son mujeres. Este porcentaje ha crecido –hace un año eran el 30%– gracias a programas de apoyo a la diversidad como Campus for Women (destinado a mujeres que trabajan en tecnología) o Campus for Moms (una escuela para startups donde los bebés son bienvenidos). Los perfiles profesionales son variados: el 60% tiene formación técnica, el 20% se dedica al desarrollo de negocio, el 10% al marketing y el 10% restante a otras cosas. También la edad. Frente a esa idea tan extendida de que las startups son cosa de veinteañeros con camiseta y zapatillas, la realidad es que el 51% de los emprendedores de Campus está en la treintena y el 33% pasa de los 40.
En la segunda planta está la aceleradora SeedRocket, con las startups residentes procedentes de los programas que organizan a lo largo del año, y en la tercera, la sede del espacio de coworking Techhub Madrid. El Campus tiene también un auditorio donde cualquier puede organizar eventos de interés para la comunidad. Reservarlo también es gratuito, aunque conviene hacerlo con tiempo, porque la demanda es alta: este año ha acogido 600 actos y 110 sesiones de formación, en las que han participado más 5.400 personas.
La recién nacida app de fertilidad WOOM es el caso prototípico de empresa surgida del Campus. Sus responsables son Laurence Fointeneu y Clelia Morales, dos profesionales que salieron de Google y eBay, respectivamente, para poner en marcha su propio proyecto. Entraron en el Campus con el ordenador bajo el brazo y comenzaron a trabajar en la cafetería. “Como nuestro perfil es más de marketing y negocio, nuestra primera prioridad era crear equipo técnico. El otro gran reto era acelerar para estar rápido en el mercado. A los dos meses empezamos en SeedRocket, lo que nos ayudó mucho a encontrar talento, financiación y también proveedores”. Seis meses de desarrollo después lanzaron la beta y, tras un mes de pruebas, acaban de estrenar versión definitiva.
Según Sergio Álvarez, cofundador de CartoDB, el ecosistema emprendedor español actual está madurando rápido. "Empieza a haber casos de éxito, que es lo que necesitamos”, asegura. El suyo es uno de ellos. Esta herramienta para crear mapas es una de las startups españolas que más suenan ahora mismo. La empresa nació hace cuatro años y ya tiene oficinas en Madrid y Nueva York, 180.000 usuarios, un equipo de más de 80 personas y ha levantado 31 millones de dólares en dos rondas de financiación (8 millones en la primera y otros 23 en la segunda). “Ha habido un cambio en cómo se percibía el ecosistema español hace dos o tres años y cómo se percibe ahora, y eso hace que los fondos extranjeros vengan a invertir. Es el momento de quitarnos los complejos y demostrar que aquí hay gente con talento y buenos proyectos”, indica Álvarez. Coincide Iñaki Arrola, director de Seedrocket: “Nos falta creérnoslo. Somos el país en el que el ‘gap’ entre lo que pensamos de nosotros mismos y lo que se ve desde fuera es mayor. Solo nos lo creemos con el fútbol y Rafa Nadal”.
Aunque, reconocen, tampoco es este el entorno más amable para las startups. “Es imposible que el ecosistema emprendedor viva ajeno al resto. El apoyo de las grandes compañías privadas y el Gobierno en España es nulo comparado con el que hay en otros ecosistemas más maduros”, explica el responsable de CartoDB, que a reglón seguido aclara que, pese a todo, no valen excusas: “eso de decir que la culpa es de otro es algo muy español. Las cosas podrían ser más sencillas. Podría ser más barato ser autónomo, por ejemplo. España no es el lugar ideal para montar una ‘startup’, pero tampoco es imposible. No podemos esperar a que se cambien las leyes”.
Cuestión de actitud, de apoyo gubernamental y empresarial, y también de tiempo. Según Sofía Benjumea, si Londres va diez años por detrás de Silicon Valley, en España el retraso es de veinticinco años. “Esto no es una moda, hay que pensar a largo plazo”, concluye.
