Anuncio de embarazo, guiño a su faceta de empresaria y un ‘look’ para el recuerdo: así triunfó Rihanna en la Super Bowl
Sus 13 minutos de actuación han dado para mucho

La LVII edición de la Super Bowl será recordada por los aficionados de los Kansas City Chiefs por la victoria de su equipo, pero para el resto del mundo, la de anoche pasará a la historia como la noche de Rihanna. “Concierto de Rihanna interrumpido por un partido de fútbol, raro, pero lo que sea”, rezaban las camisetas que se repartieron antes del partido. Y así fue, literalmente, para todos aquellos a los que el fútbol americano ni fu ni fa.
A pesar de que no ha publicado música nueva desde 2027 (a excepción de una canción para la banda sonora de Wakanda forever), la cantante de Barbados volvió por la puerta grande al evento con mayor audiencia televisiva del mundo casi siete años después de su última actuación en directo. En 2019, Rihanna rechazó actuar en la Super Bowl a raíz del veto de la NFL a la protesta Collin Kaepernick.
Pero ya se le debe haber pasado el enfado con la competición, porque ha vuelto al espectáculo y esta vez ella sola. En esta ocasión, apareció en una plataforma suspendida en el aire, vestida completamente de rojo, con un abrigo de Alaia, un mono y un corsé de vinilo diseñados por Jonathan Anderson, director artístico de Loewe, y zapatillas de Maison Margiela X Salomon.
El mono abierto dejaba ver su incipiente barriga, que ella acarició en varias ocasiones, lo que inmediatamente disparó los rumores sobre un posible embarazado. Poco después, su representante confirmaba que Rihanna y el rapero A$AP Rocky esperan su segundo hijo (la cantante fue madre por primera vez el pasado mes de mayo). Su actuación en la Super Bowl pasará, sin duda, a la historia de los anuncios de embarazo memorables.

Sin artistas invitados, Rihanna fue enlazando éxito tras éxito: Bitch better have my money, Only girl (in the world), We found love, Rude boy, Work, Wild thoughts, Umbrella… hasta llegar a Diamonds, el tema con el que cerró el espectáculo. "El setlist ha sido el mayor desafío. Esa fue la parte más difícil, sin duda. Decidir cómo maximizar 13 minutos pero montar también un gran espectáculo”, declaró la artista antes de su actuación.
Entre medias se tomó un respiro para retocarse al maquillaje con uno de los productos de su firma cosmética, Fenty, que la ha convertido en la cantante más rica del mundo (Forbes ha estimado su valor en más de 1.700 millones de dólares). ¿Quién necesita disco nuevo? Rihanna, desde luego, parece que no.
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