Estos son los siete superpoderes que debes entrenar para ser un supercomunicador
Aurora Michavila ha plasmado en un libro lo que lleva quince años enseñando
Editado por Destino y prologado por el periodista Jon Sistiaga, Supercomunicadores es un libro práctico que quiere ayudar a mejorar a sus lectores, porque, como afirma su autora, Aurora Michavila "comunicar es algo que se entrena". Con veintincinco años de experiencia en el mundo de la comunicación y quince en el de la formación, esta barcelonesa multifacética (consultora estratégica de marcas, actriz, formadora, conferenciante y ahora escritora) ha elaborado un manual para que a través de ejercicios, anécdotas, demostraciones e historias, todos aquellos que lo deseen aprendan a hablar claro y defender mejor sus ideas.
Su libro lleva un título muy potente, que llama la atención. ¿Qué es un supercomunicador?
Si partimos de que la comunicación es el medio para relacionarnos con nosotros mismos y con los demás, los supercomunicadores son los nuevos héroes del momento, que luchan contra varios males que nos acechan a diario. Luchan contra la incontinencia verbal que impera en estos días y contra las voces que gritan porque no saben hacerse escuchar. Defienden la reflexión para acabar con todas esas discusiones histriónicas. Y saben ganarse la confianza de los demás, desde la autenticidad y la habilidad para conectar desde un plano más humano. No son personas especiales. En realidad, son héroes cotidianos y de todas las edades, que emplean sus poderes en la calle, en casa, en los medios y las redes y en el trabajo. Entienden que vivimos secuestrados por nuestros propios sesgos y que todos tenemos una mirada muy limitada. Y por eso, su mejor arma es la curiosidad y se convierten a diario en aprendices para dejar de creerse expertos. Sobre todo expertos en lo que sea que acaba de suceder. Adquieren la habilidad de brincar de conversación en conversación, a lo Spiderman, soltando perlas en lugar de soltar rollos, porque saben hablar claro para que el otro les entienda. Han entrenado su memoria para recordar más y poder conectan los puntos con agilidad. Y escapan de los prejuicios y de los estereotipos y pueden reconocer qué tipo de persona tienen delante y encontrar la mejora manera de conectar con ella, sin perder su identidad.
¿Qué se va encontrar el lector en el libro?
Creo que lo más importante es claridad para entender sus retos de comunicación, inspiración para saber qué cambiar y mejorar y recursos para ponerse en acción y aplicar lo aprendido en su día a día.
¿A qué tipo de lector va dirigido?
Todos podemos ser supercomunicadores. No es una cuestión de edad ni de a qué te dedicas. Necesitamos hablar con autenticidad, claridad y punto de vista. En lo cotidiano y en lo profesional. Así que es una lectura recomendada para personas con ambición de hacer de la comunicación su trampolín para progresar en la vida. En casa, en la calle, en redes y en el trabajo. Personas que entiendan que hay que dejar de sacar balones fuera y dejar de justificar que el problema de comunicación lo tienen los demás para poner nombre a sus verdaderos desafíos y entrenarse para superarlos.
¿Cómo ha estructurado la narración?
A mí me gusta mucho leer no ficción y encontrar en mis lecturas explicaciones rigurosas para entender el fondo de la cuestión, ejemplos prácticos con los que identificarme y soluciones para resolver retos. Y eso es lo que he tratado de volcar en Supercomunicadores. Creo que hay siete grandes retos a los que todos nos enfrentamos y que si les damos la vuelta se pueden convertir en siete superpoderes. Y cada uno de ellos es un capítulo del libro:
- La fuerza de la autenticidad
- La valentía de formarse una opinión (propia) y saber defenderla
- La genialidad de hablar claro (y dejarse de rollos)
- La lucidez de saber leer cómo me escuchan
- La tenacidad para saber mantener la atención
- El alcance de una memoria que no falla
- La gestión de los nervios al hablar en público
Es una lectura amena llevada a un libro práctico, útil, con desafíos para el lector y que persigue ayudar a la transformación. Está lleno de ejercicios integrados en el libro y otros adicionales en una página web exclusiva para el lector.
¿Cree que los jóvenes están siendo mejor formados en comunicación que generaciones anteriores?
En España está claro que se está haciendo un esfuerzo en las escuelas por enfrentar al alumno a determinadas prácticas, como hablar en público. Pero, salvo honrosas excepciones, todavía estamos lejos de tener un buen sistema en las escuelas que forme de verdad a esos jóvenes.Es un hecho que la práctica hace el progreso. Pero también es verdad que no por practicar mucho siempre mejoramos. Porque la práctica debe ser deliberada. Uno debe ser consciente de lo que practica para mejorar. Debe tener buen feedback para entender qué ha hecho, que ha funcionado y que no y por qué. Y eso demanda dedicarle tiempo al alumno y los currículos académicos no lo permiten. Además, entrenar habilidades comunicativas va mucho más allá de saber exponer un tema. La comunicación está en todo lo que hacemos. Por eso es necesario entrenar la curiosidad, el pensamiento crítico, la atención, la capacidad para conectar ideas. Saber debatir más y discutir menos. Entender cómo funciona la escucha mientras tú hablas. Es saber preguntar. Saber hablar de forma más visual. Sintetizar a veces y otras colorear lo que dices. Es saber iniciar conversaciones, con quien sea. Y es también saber cerrarlas para que no se hagan eternas e infértiles. En fin, tristemente diría que los jóvenes están hoy más expuestos que nunca, pero no necesariamente más preparados para ser mejores comunicadores que generaciones anteriores.
¿Influye en algo su manejo de las redes sociales?
Las nuevas tecnologías han puesto a su alcance ventanas desde las que exponerse a diario. Eso no es ni bueno ni malo per se. Es un hecho. Ahora bien, lo que hagas con esas ventanas ya cambia la cuestión. Y el tema aquí, sobre todo, es por un lado la inmediatez de las redes. Que afecta al proceso de reflexión antes de comentar algo por ejemplo. Jóvenes y adultos, escupen información muchas veces sin pensar en lo que dicen. O se repostea o da likes a información no contrastada. Lo que hace que las fake news vuelen a la velocidad de la luz. Por otro lado, está la tiranía del algoritmo. Para tener presencia en las redes hay que publicar constantemente. Y eso hace que se hable por hablar y aumente el ruido ahí afuera. Y el tener gran problema es la construcción de personajes. Escudarse tras un avatar hace se den permiso para decir cosas que no dirían si tuviesen a la otra persona frente a frente. Y te diría también que las redes hacen que la comunicación sea muy simple y fragmentada. Y eso hace que merme su habilidad para hilar ideas y para desarrollarlas cuando tienen una conversación en persona.
Aurora Michavila conversará con Jon Sostiaga sobre su libro y cómo mejorar nuestra capacidad de comunicación el próximo martes 3 de mayo, a partir de las 19 horas, dentro del ciclo de Fundación Telefónica 'Mejor Conectados'.
