Así ha pasado Taylor Swift de ‘niña buena’ a azote de Trump en cuatro años

La cantante que antes prefería no hablar de política ahora quiere echar al presidente de la Casa Blanca

Foto: Eva Rinaldi/Wikimedia Commons.

Beyoncé, Ariana Grande, George Clooney, Billie Eilish, Shawn Mendes, Rihanna, Selena Gómez… Son muchas las estrellas del mundo de la música y el cine que estos días ondean la bandera del movimiento Black Lives Matter pidiendo acabar con el racismo y la violencia policial contra los negros en Estados Unidos. Pero ninguna de ellas ha hablado con la claridad y la contundencia de Taylor Swift, que además ha señalado al presidente como responsable director de la actual situación.    

"Después de avivar los fuegos del supremacismo blanco y el racismo durante toda tu presidencia, ¿tienes el coraje de fingir superioridad moral antes de amenazar con violencia? ¿Cuando comienzan los saqueos empiezan los disparos? Te echaremos en noviembre”, ha escrito Swift en un difundido tuit que registra ya más de 2 millones de likes y más de 110.000 comentarios. La cantante hace referencia a unas declaraciones de Trump en las que calificaba de “matones” a los manifestantes que han salido a las calles para protestar por la muerte de George Floyd y amenazaba con permitir a la policía disparar y con mandar al ejército para acabar con los disturbios.

 

El comentario es la última demostración del cambio radical de actitud experimentado por una cantante que hasta hace no mucho huía de la polémica en general y de la política en particular como de la radioactividad. En la campaña de 2016 Taylor Swift fue acusada de “tibia” por mantener la neutralidad y no apoyar abiertamente ni a Donald Trump ni a Hillary Clinton, lo que en realidad se interpretó como un apoyo implícito hacia el primero, el candidato que dominaba en su estado natal, Tennessee. Un año después Swift se vio de nuevo envuelta en la polémica cuando sus abogados intentaron acallar un pequeño blog de extrema izquierda que en un artículo exponía una bizarra teoría, que circulaba desde hacía años por la red, según la cual la cantante era simpatizante nazi y lanzaba en sus letras (por ejemplo el single Look what you made me do) mensajes ocultos en apoyo del supremacismo blanco. Al tomar medidas contra el blog, Swift consiguió exactamente lo contrario de lo que pretendía, es decir, que más gente prestara atención a una hipótesis que, por lo demás, no tenía demasiada base.

Pero ella siguió manteniendo silencio hasta que finalmente hace dos años se lanzó a hablar abiertamente sobre política por primera vez en su vida. En octubre de 2018, Taylor Swift compartió con los 112 millones de seguidores que tenía entonces en Instagram (ahora son casi 134) los motivos por lo que votaría demócrata y no republicano en las elecciones legislativas que tendrían lugar en noviembre. "En el pasado me he mostrado reacia a expresar públicamente mis opiniones políticas, pero debido a varios sucesos que han tenido lugar en mi vida y en el mundo en los últimos dos años, me siento muy diferente al respecto", empezaba un comunicado en el que declaraba su apoyo a la causa LGTBIQ, su rechazo a cualquier forma de discriminación basada en la orientación sexual o el género y también hacia el “racismo sistémico” que, denunciaba, todavía existe en su país.

A continuación, centraba su atención en Marsha Blackburn, una empresaria y política que se presentaba al Senado por Tennessee. “Por mucho que en el pasado haya votado y me gustaría seguir votando a mujeres, no puedo apoyar a Marsha Blackburn”, admitía. "Ella votó en contra de la igualdad salarial para las mujeres. Votó en contra de la reautorización de la Ley de Violencia contra la Mujer, que intenta proteger a las mujeres de la violencia doméstica, el acoso y la violación en citas. Cree que las empresas tienen derecho a rechazar atender a parejas homosexuales. También cree que no deberían tener derecho a casarse". Para acabar, animaba a la ciudadanía a informarse sobre el programa y los valores de los distintos candidatos y a votar por aquellos que mejor les representara. También alentaba a los jóvenes que recientemente hubieran cumplido 18 años a registrarse para votar.  

Más allá de la repercusión en redes sociales, sus palabras consiguieron que el número de personas que se registraron para ejercer su derecho al voto (un requisito necesario en Estados Unidos) se disparara. Según Vote.org, en las veinticuatro horas posteriores a la publicación del post, 150.000 personas visitaron la web (la media diaria era de 14.000) y 65.000 personas se registraron para votar. Algunos analistas empezaron a hablar entonces del “efecto Swift”. Hasta Donald Trump se refirió al tema. “Digamos que Taylor Swift me gusta ahora un 25% menos”, dijo irónico.

    Ver esta publicación en Instagram         I’m writing this post about the upcoming midterm elections on November 6th, in which I’ll be voting in the state of Tennessee. In the past I’ve been reluctant to publicly voice my political opinions, but due to several events in my life and in the world in the past two years, I feel very differently about that now. I always have and always will cast my vote based on which candidate will protect and fight for the human rights I believe we all deserve in this country. I believe in the fight for LGBTQ rights, and that any form of discrimination based on sexual orientation or gender is WRONG. I believe that the systemic racism we still see in this country towards people of color is terrifying, sickening and prevalent. I cannot vote for someone who will not be willing to fight for dignity for ALL Americans, no matter their skin color, gender or who they love. Running for Senate in the state of Tennessee is a woman named Marsha Blackburn. As much as I have in the past and would like to continue voting for women in office, I cannot support Marsha Blackburn. Her voting record in Congress appalls and terrifies me. She voted against equal pay for women. She voted against the Reauthorization of the Violence Against Women Act, which attempts to protect women from domestic violence, stalking, and date rape. She believes businesses have a right to refuse service to gay couples. She also believes they should not have the right to marry. These are not MY Tennessee values. I will be voting for Phil Bredesen for Senate and Jim Cooper for House of Representatives. Please, please educate yourself on the candidates running in your state and vote based on who most closely represents your values. For a lot of us, we may never find a candidate or party with whom we agree 100% on every issue, but we have to vote anyway. So many intelligent, thoughtful, self-possessed people have turned 18 in the past two years and now have the right and privilege to make their vote count. But first you need to register, which is quick and easy to do. October 9th is the LAST DAY to register to vote in the state of TN. Go to vote.org and you can find all the info. Happy Voting! 🗳😃🌈Una publicación compartida de Taylor Swift (@taylorswift) el
 

Probablemente hoy en día Taylor Swift le guste a Trump bastante menos y es probable que de aquí a noviembre su aprecio por ella siga decayendo. En 2012, la cantante le dijo a la revista Time que prefería no hablar de política porque era consciente de que su opinión “podría influir en otras personas. Y no creo que sepa lo suficiente de la vida como para decirle a la gente por quién votar”. Como refleja el documental Miss Americana, desde entonces Taylor Swift ha aprendido algunas cosas sobre la vida y sobre el poder de su voz.  En estos años ha publicado siete discos y ha perdido el control sobre su música después de que su antiguo manager comprara los derechos de todos ellos. También ha sufrido desórdenes alimenticios, el escrutinio público y el cáncer de su madre. Se ha declarado feminista, ha apoyado el derecho al aborto y ha ganado la demanda de acoso que interpuso contra un locutor de radio que le manoseó el trasero. No parece muy probable que a estas alturas Taylor Swift vuelva a quedarse en silencio.

 

 

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