Scartlett Johansson reabre el debate: ¿deberían reservarse los papeles de transexuales a actores trans?

Este repaso demuestra que no es lo habitual, ni en Hollywood ni en España

Johansson en la película 'Ghost in the shell'. Foto: Paramount

La actriz Scarlett Johansson dará vida a un hombre transexual en su próxima película, Rub & Tug, un biopic sobre Dante Gill, nacido Jean Gill, un empresario que dominaba el negocio de los salones de masajes (en realidad una tapadera para la prostitución) en el Pittsburgh de los años setenta.  La noticia se ha encontrado con la oposición frontal de los colectivos trans, que critican que se haya elegido a una mujer para interpretar a un hombre transexual. Cuando Bustle se ha dirigido al representante de la actriz para conocer su opinión, la respuesta que ha recibido ha sido, literalmente: “Diles que pueden dirigirse a los representantes de Jeffrey Tambor, Jared Leto y Felicity Huffman para tener comentarios”.  

Johansson alude a otros actores cisgénero que han interpretado a personajes transexuales con anterioridad, dando a entender que otros lo han hecho antes que ella. Lo que es cierto. Tambor protagonizó Transparent hasta que en febrero fue apartado de la serie tras ser acusado de acoso sexual (acusaciones que él ha negado), Felicity Huffman fue nominada al Oscar por su interpretación en Transmerica y Jared Leto consiguió el premio por Dallas Buyers Club. Pero como la propia publicación señala, lo que Johansson pone de manifiesto con este comentario es que en realidad esta es una práctica habitual en Hollywood; es decir, no solo es el que el colectivo trans esté poco representado en el cine, sino que cuando hay un papel, los actores transexuales tienen menos posibilidades de conseguirlo.

También los intérpretes que Johansson cita fueron cuestionados por ello. Jeffrey Tambor dio vida a Maura Pfefferman durante cuatro temporadas, lo que le reportó un Globo de Oro y un Emmy, entre otros reconocimientos. Cuando subió a recoger este último,  defendió en su discurso  que la industria ofreciera más oportunidades a los actores trans.”Dadles audiciones. Dadles historias. Hacedlo. Y un cosa más: no me disgustaría ser el último varón cisgénero que interprete a una mujer transgénero en televisión”, dijo. La creadora de la serie, Jill Soloway, ha contado muchas veces que no se dio cuenta de que lo realmente suponía la elección de Tambor hasta después. Y aunque ha dicho estar segura de que en su momento fue la decisión correcta, también admite que ahora tomaría otra. “Sin lugar a dudas diría que es totalmente inaceptable poner a un hombre cis en el papel de una mujer trans. Sé que suena irónico saliendo de mi boca, pero en este punto lucharía por eso”, aseguró recientemente en una entrevista con TV Insider.

Una década después de haber dado vida a Bree Osbourne en Transamerica, Felicity Huffman también le dijo al HuffPost que entendía el principio “de que una actor trans debería interpretar un papel trans. Y lo apoyo. Creo que la gente transgénero ha sido marginada durante mucho tiempo y creo que el que gente que no es trans les interprete es una muestra de ello”.

En su momento (1999) a pocos les llamó la atención que Hilary Swank fuera elegida para interpretar a Brandon Tenna en Boys don’t cry. Entonces ella se llevó un Oscar por su trabajo, pero hace poco a su directora, Kimberly Pierce, le organizaron una protesta durante una proyección de la cinta. Los manifestantes criticaban, además de la elección de Swank, que Pierce hubiera dirigido la película desde un punto de vista marcado por su género y orientación sexual (es mujer y lesbiana) y por haber obviado totalmente el asesinato de Philip Devine, un hombre negro, a manos de los mismos que acabaron con Teena (ni se le cita en el texto del final de la película). 

Eddie Redmayne en La chica danesa, Elle Fanning en 3 Generations, Rebecca Romijn en Ugly Betty, Kathleen Turner en Friends,… La lista es larguísima. En realidad, que se elija a un actor o actriz trans para dar vida a un transexual, como se hizo con Laverne Cox en Orange is the new black, parece lo excepcional.

¿Y qué pasa en el cine español?  Un trabajo de investigación publicado hace un par años por la Universidad de Sevilla que realiza un recorrido por las películas que representan al colectivo trans en la ficción española demuestra que son pocos los títulos en los que un personaje transexual tiene verdadero peso en la trama. La conclusión de Guillermo Sánchez, autor del análisis, es “que el tratamiento que se les ha dado no siempre ha sido el adecuado ni el más correcto; además, muchos de los contextos de estas representaciones están desfasados en el tiempo” y que “Pedro Almodóvar, en cantidad más que calidad, es el director español más significativo para con el colectivo transexual (femenino)”.

En 1972, en pleno tardo-franquismo, Jaime de Armiñán estrenó Mi querida señorita, que abordaba tan hábilmente la cuestión del cambio de identidad que logró pasar el filtro de la censura. La película fue candidata al Oscar a la Mejor película extranjera y José Luis López Vázquez consiguió multitud de premios por su interpretación de Adela/Juan. Luego llegaron El transexual y Cambio de sexo. En esta última, Vicente Aranda abordaba por primera vez de forma clara la transexualidad y por primera vez también se le daba a una actriz transexual, Bibiana Fernández (por aquel entonces Bibí Andersen), un papel protagonista. En los ochenta se estrenaron Pepe no me des tormento y Vestida de azul, pero hubo que esperar a La ley del deseo (1987) para que un personaje transexual, Tina, interpretado por Carmen Maura, fuera protagonista. El principal valor de Tina es que abandonaba la marginalidad y los clubs (los espacios a los que habitualmente se reservaban los personajes transexuales) y la representación extravagante del colectivo, lo que, según Sánchez, coincide con lo que también  estaba sucediendo en la sociedad gracias a gente como Bibiana Fernández o Carla Antonelli, que empezaban a ocupar un lugar destacado en el cine y en ámbitos “de prestigio” como la televisión, el periodismo o la política.

Las edades de Lulú recuperó la visión estereotipada del colectivo. Cabe destacarla, sin embargo, porque María Barranco, la actriz que interpretaba a Ely en la adaptación al cine de la novela de Almudena Grandes, se llevó un Goya por su trabajo. Fue el primero otorgado a la interpretación de un transexual…aunque la actriz no lo fuera.

Pasaron unos cuantos años antes de que el colectivo trans volviera a tener protagonismo en la ficción española, y lo hizo de nuevo de la mano de Almodóvar y de nuevo interpretados por actores cisgénero: Todo sobre mi madre (en la que Antonia San Juan daba vida a Agrado), La mala educación (Gael García Bernal era Ignacio/Zahara) o La piel que habito (con Elena Anaya como Vera).

En este caso hablamos de género, pero en Estados Unidos también son habituales las polémicas por el hecho de que se les adjudiquen a actores blancos papeles que corresponderían a minorías étnicas. La propia Scarlett Johansson vio llover las críticas por interpretar a Major, una mujer japonesa, en la adaptación al cine de la popular serie manga Ghost in the Shell, dirigida por Rupert Sanders, que es, por cierto, quien la dirige también en su nueva película. Incluso entre los actores negros es habitual la queja de que los directores suelen preferir a compañeros de piel más clara, aunque sea en papeles de personas con la piel mucho más oscura. Las elección de Zoe Saldana y de Zendaya para interpretar a Nina Simone o Aaliyah, respectivamente, son dos ejemplos recientes (Zendaya acabó renunciando al papel, que al final fue para otra actriz de piel bastante clara, Alexandra Shipp).

Una demostración más de que los directores de casting todavía tienen mucho que aprender en lo que a diversidad se refiere.

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