El toro, la niña y ahora… el perro orinando
La instalación de un perro orinando sobre la famosa ‘Niña sin miedo’ abre un interesante debate sobre la apropiación del feminismo y el derecho del artista sobre su obra

La escultura de la Niña sin miedo, esa pequeña que se enfrenta con actitud desafiante al Toro de Wall Street, sigue dando que hablar. Fue colocada allí el pasado mes de marzo, en la víspera del Día Internacional de la Mujer, para llamar la atención sobre la brecha de género en el mundo de los negocios. Después de que miles de personas solicitaran, vía petición popular, que la dejaran allí, el alcalde de Nueva York dio permiso para que se quedara durante al menos un año.
Parecía que ahí se acaba la cosa, pero no. El lunes apareció junto a ella una nueva escultura: un perrito con la pata levantada para orinar sobre su pierna. Su descriptivo título es Carlino orinando. El autor es el artista Alex Gardega, que la retiró solo unas horas después. La polémica, sin embargo, estaba ya servida.
Él se ha justificado, en declaraciones al ‘New York Post', asegurando que la estatua de la niña en realidad “no tiene nada que ver con el feminismo y es una falta de respeto para el artista que creó el Toro”. Gardega se refiere al hecho de que la estatua en realidad fue una acción de marketing. Y es cierto: la puso allí la firma de inversión State Street Global Advisors, una empresa, además, a la que todavía le queda mucho por hacer para alcanzar la igualdad de género, como han señalado algunos medios. También argumenta que la instalación de la Niña cambia por completo el sentido de la estatua original, algo por lo que ya protestó en su momento el creador del Toro, Arturo Di Modica. Cuando lo colocó allí –por cierto, también sin permiso—a finales de los ochenta, lo hizo con el objetivo de homenajear la “resistencia del pueblo americano” durante la crisis bursátil. Cierto es que con el tiempo se convirtió en un símbolo del poder de Wall Street. Y con la llegada de la niña, en símbolo del patriarcado.
Pero añadiendo el perro al conjunto Gardega también ha cambiado, aunque fuera durante unas horas, el sentido original de la estatua de la niña. Lo que en principio era una representación del empoderamiento femenino lanza ahora un mensaje distinto, señalan quienes le critican: esto es lo que te puede pasar si eres una chica valiente y te enfrentas al sistema.