Vogue cambia las modelos por mujeres reales
Aunque solo por un número y con la excepción de la portada

Mañana sale a la venta el número de noviembre de la edición británica de Vogue, que por esta vez ha decidido sustituir a sus habituales modelos por mujeres de negocios que visten las últimas novedades en moda. La revista ha elegido a personas que destacan en distintos ámbitos. Entre ellas, la arquitecta Shumi Bose; Brita Fernandez Schmidt, directora de Women for Women International UK; la heladera Kitty Travels –elegida una de las chefs del futuro a pesar de que vende sus helados artesanos en un furgoneta–, parte del equipo de Crossrail, un proyecto para construir una vía ferroviaria en el subsuelo de Londres, o Jane Hutchison, fundadora de Hello Beautiful, una organización que anima a las mujeres a enfrentarse con actitud positiva al cáncer de mama.
“Todavía hay un estigma vinculado a disfrutar abiertamente de tu look y experimentar con él si no trabajas en el negocio de la moda o el del entretenimiento”, ha explicado Alexandra Shulman, editora de Vogue en Reino Unido a The Telegraph. “Creo que las mujeres profesionales o con posiciones de autoridad o poder deberían poder permitirse tener interés por la ropa y la moda sin que se viera como una frivolidad o una demostración de que no se preocupan lo suficiente por su trabajo”.
Eso sí, Vogue ha reservado la portada a una actriz, la británica Emily Blunt. La revista justifica la decisión argumentando que a lo largo de su carrera Blunt ha interpretado a muchas mujeres reales. La actriz ha bromeado con el hecho de que fueran necesarias “tres horas de maquillaje y peluquería para conseguir que tuviera un aspecto así de real”.
Vogue sigue así los pasos de otras marcas vinculadas al mundo de la moda y la belleza que en los últimos tiempos han decidido cambiar modelos por mujeres reales. Por ejemplo, H&M en su última campaña de publicidad.
O la firma J.Crew, que eligió a parte de su equipo y gente cercana a la marca para mostrar sus novedades durante en la pasada Semana de la Moda de Nueva York. Pero quizá fue Dove la pionera en esa reivindicación de la mujer de carne y hueso. O al menos la primera que lo hizo de una manera más decidida. Ya en 2004, la marca convirtió el debate sobre la belleza real en el eje de su posicionamiento y estrategia de marketing.