En Adra, el mar se ha convertido en un punto de encuentro para las mujeres que han pasado por un cáncer de mama. Más de un centenar de ellas participan en la escuela de piragüismo para supervivientes de la enfermedad que tiene el Real Club Náutico de esta localidad almeriense y que cuenta con el apoyo de Fundación Unicaja.  

En concreto, practican dragon boat, una modalidad de piragüismo de origen chino, con más de 2.000 años de antigüedad, muy extendida por Asia, Norteamérica y Oceanía, que empieza a ganar popularidad también en Europa. Las carreras de barcos dragón tienen sus raíces en antiguos rituales populares del sur de China. De hecho, se puede rastrear el origen de este tipo de embarcaciones hasta la región del delta del río Pearl, en la provincia de Guangdong. A España llegó hace un par de décadas y el equipo nacional mixto consiguió este verano sus primeras medallas en unos Mundiales.

Esta modalidad de piragüismo está especialmente indicada para mujeres que han padecido cáncer de mama. En primer lugar, porque ayuda al drenaje de la zona afectada, pero también por tratarse de un deporte equipo y por el efecto motivador que tiene en las participantes. La tripulación de un barco dragón suele estar formada por doce o veintidós palistas (DB12 y DB22). Uno de ellos es el tambor, que dirige el ritmo de palada, y otro es el timonel, que lleva la dirección del barco.