Javier de Castro, oncólogo: “Los médicos no tratamos enfermedades, tratamos personas”
De Castro es jefe de sección de Oncología Médica del Hospital La Paz y ganador del Premio MAS Aliado 2024
Aunque suela identificarse como una enfermedad de hombres (especialmente de hombres fumadores), el cáncer de pulmón es en la actualidad el tercero más frecuente entre las mujeres, solo por detrás del de mama y el de colon. La cifra anual de fallecimiento de mujeres por esta causa ha aumentado un 38% en menos de diez años. La Asociación para la Investigación del Cáncer de Pulmón en Mujeres (ICAPEM) nació en 2010 para analizar los aspectos diferenciales (biológicos, diagnósticos, terapéuticos, socioeconómicos y psicológicos) de esta enfermedad en la mujer. Javier de Castro ha participado en ICAPEM desde sus inicios. Fue su presidente entre 2016 y 2022 y actualmente sigue perteneciendo a la junta directiva. El doctor de Castro ejerce como oncólogo en el Hospital Universitario La Paz desde 1995 y es jefe de sección del Servicio de Oncología Médica desde 2014. En el ámbito de la investigación, sus principales áreas de interés se han centrado en la biología molecular del cáncer de pulmón y otros tumores torácicos.
¿Cómo te interesaste por el cáncer y, en concreto, por el cáncer de pulmón?
Siempre he pensado que lo que somos tiene mucho que ver con los traumas o las vivencias de la infancia. Un compañero del colegio, que sigue siendo muy amigo mío, tuvo leucemia con10 o 11 años, y no sé si eso pudo influir. Siempre me gustaron mucho la investigación y la naturaleza, pero también quería tratar con personas, por eso tenía claro que quería ser médico. En mi último año de carrera hice una rotación en oncología y otra en oncología infantil, y decidí que quería dedicarme a la oncología médica. El oncólogo médico es como el director de orquesta del tratamiento de la persona que tiene cáncer, dirigiendo al resto de especialistas que intervienen. También forma parte de nuestra labor algo muy bonito, y es el estar cerca del paciente en uno de los momentos más complicados de su vida. Los médicos no tratamos enfermedades, tratamos personas. Empecé a trabajar en cáncer de pulmón en los noventa, en un momento en el que nadie quería dedicarse a esto. En otros cánceres, como el de mama, las leucemias o los linfomas, había más opciones de tratamiento y se curaban más pacientes. Afortunadamente, ahora hay también más opciones en el cáncer de pulmón.
“En los setenta y los ochenta del siglo pasado se empezó a asociar el fumar con la liberación de la mujer, y ahora estamos pagando eso”.
Pero a pesar de esto, la cifra anual de fallecimientos a causa de cáncer de pulmón en mujeres se ha disparado en la última década. ¿Qué hay detrás de este incremento tan importante?
De los casi 33.000 casos que se diagnosticarán este año, solo un 20% serán en mujeres, en torno a unos 7.000 casos. Pero hace apenas diez años la cifra era de solo 4.000. Ese crecimiento se debe, en parte, a la incorporación más tardía de la mujer al tabaquismo. En los setenta y los ochenta del siglo pasado se empezó a asociar el fumar con la liberación de la mujer, y ahora estamos pagando eso. Pero también nos empezamos a encontrar con casos de cáncer de pulmón en mujeres muy jóvenes, entre los 20 y los 30 años, que nunca habían fumado. Esto ha dado lugar a que se empezara a considerar que podía haber diferencias de género, a la hora de abordar la investigación o los tratamientos, en otro tipo de cánceres más allá del de mama, los ginecológicos o el de próstata.
¿Qué otros factores, más allá del tabaco, aumentan el riesgo de padecer cáncer de pulmón?
Por ejemplo, factores ambientales como la contaminación. Esto se está viendo muy claro, sobre todo, en los países asiáticos. Pero también hay otros factores ambientales más desconocidos, como la acumulación de un gas natural, el gas radón, que emana del fondo de la Tierra y que, en zonas de España con cierto componente granítico del suelo, puede acumularse en las viviendas. Pasa en zonas como el norte de Madrid, parte de León, Asturias o Galicia. En ciertas industrias como la metalurgia, la minería o todo lo que tenga que ver con la pintura también puede darse inhalación de sustancias que se relacionan con enfermedades pulmonares crónicas y que, a largo plazo, pueden producir cáncer.
¿Qué particularidades tiene el cáncer de pulmón en las mujeres?
El diagnóstico en mujeres suele ser más tardío, por lo que decía de que se ve como un cáncer de hombres. Pero cuando se comparan las cifras de pacientes varones y mujeres operados, parece que ellas tienen mejor evolución, quizá, porque hay menos casos de enfermedades de corazón, hipertensión, sobrepeso, etcétera. También en los nuevos tratamientos como la inmunoterapia se ha visto que existencias diferencias entre la respuesta de hombres y mujeres. Parece que los resultados en mujeres son peores si no se combina con quimioterapia. Los motivos todavía se nos escapan, pero pueden ser diferencias hormonales o farmacológicas. Una de las reivindicaciones de los oncólogos es que los ensayos clínicos se hagan tanto con hombres como mujeres, porque la dosis para un varón de 90 kilos y una mujer de 60 kilos no puede ser igual, y en muchos casos se están usando las mismas.
¿A qué síntomas de la enfermedad deberíamos estar atentos?
Por desgracia, uno de los problemas del cáncer de pulmón es que los síntomas iniciales son difíciles de distinguir de los síntomas respiratorios típicos del fumador crónico, como la tos, la expectoración o cierta dificultad para respirar. No debemos caer en la hipocondría, porque también pueden deberse a una infección respiratoria sin más, pero cuando persisten, y ante la duda, lo mejor es consultar a un médico. También es importante que sigamos haciendo divulgación entre los profesionales, porque a menudo los médicos de atención primaria ven cientos de catarros a diario y no se imaginan que detrás de algunos de ellos puede haber un cáncer de pulmón, especialmente si los pacientes son mujeres o no fumadores.