Ellas no dirigirán la ONU
Repasamos la trayectoria de las siete aspirantes derrotadas por Antonio Guterres

Salvo sorpresa mayúscula, Antonio Guterres (Lisboa, 1949) será el noveno secretario general de Naciones Unidas. El ex primer ministro portugués ha pasado el filtro del Consejo de Seguridad, el verdadero órgano de poder de la ONU, formado por quince países: cinco permanentes (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia) con capacidad de veto y otros diez que van rotando. Queda el trámite de la aprobación por parte de la Asamblea General, de la que forman parte 193 países, pero si todo se desarrolla según el guión previsto, Guterres sucederá a Ban Ki-moon a partir del próximo 1 de enero.
Esto significa que la campaña impulsada por 56 países para que una mujer dirigiera por primera vez la ONU ha fracasado. Al menos en esta ocasión ha habido varias candidaturas femeninas en firme, lo que ya representa un avance. En los 71 años de historia del organismo solo dos se habían postulado al cargo. El propio presidente de la Asamblea General, el danés Mogens Lykketoft, decía hace unos meses que “la excusa de que no había ninguna candidata lo suficientemente cualificada ya no sirve. Tener en cuenta a una mujer como candidata sería muy importante para asegurar el avance de la igualdad de género en todos los niveles”. En esta ocasión, han sido no una sino siete las aspirantes a suceder a Ban Ki-moon.
Irina Bokova (Bulgaria): La actual directora general de la UNESCO era una de las favoritas. Tenía a su favor el pertenecer a un país del grupo del Este (la ONU nunca ha tenido un director general procedente de Europa del Este). Como directora general de UNESCO –fue elegida por primera vez en 2009 y de nuevo en 2013— se ha centrado en la promoción de la educación y la igualdad de género. También ha trabajado en la lucha contra la financiación del terrorismo poniendo trabas al tráfico ilícito de bienes culturales. Antes fue ministra de exteriores interina de Bulgaria, responsable de sus relaciones con la Unión Europea y embajadora en Francia, Mónaco y ante la UNESCO. Es hija del también político Georgi Bokov, editor jefe del que fuera periódico oficial del Partido Comunista búlgaro, el Rabotnichesko Delo.
Helen Clark (Nueva Zelanda): Gobernó su país durante tres legislaturas y desde 2009 dirige el programa de desarrollo de la ONU. Es uno de los puestos de mayor responsabilidad de la organización. En una reciente entrevista defendía que esta debía asumir un papel menos diplomático y más activo.
Kristalina Ivanova Georgieva (Bulgaria): Es la comisaria europea de Presupuestos y Recursos Humanos. Ha sido reconocida por su gestión en los desastres humanitariaos de Haití y Pakistán. Economista de formación, trabajó durante casi dos décadas en el Banco Mundial.
Natalia Gherman (Moldavia): La candidata más joven (47 años) es hija de Mircea Ion Snegur, primer presidente de Moldavia tras su escisión de la Unión Soviética. Después de estudiar arte decidió seguir una carrera diplomática que la ha llevado a Austria, Suecia, Noruega y Finlandia. También fue ministra de Exteriores de Moldavia. En caso de haber llegado a la secretaría general de la ONU había manifestado su intención de fomentar la cooperación entre países, tratar de reducir la tensión entre los actores internacionales y mejorar la eficacia de la organización.
Susana Malcorra (Argentina): Ingeniera de formación, trabajó en IBM y Telecom Argentina, compañía esta última de la que llegó a ser presidenta. Muy vinculada a Ban Ki-moon, fue su jefa de gabinete en la ONU desde 2012 y hasta a finales de 2015. Dejó el cargo para asumir la cartera de Exteriores en el gobierno de Mauricio Macri.
Vesna Pusic (Croacia): licenciada en Filosofía y Sociología, comenzó su carrera política en los noventa. Antes había trabajado como socióloga. Ha sido ministra de Relaciones Exteriores del gobierno de centro izquierda de Zoran Milanovic. Es una firme defensora de la integración europea, la igualdad de género y los derechos de la comunidad LGBT. Declarada feminista, en 1978 fue una de las fundadoras de la primera asociación feminista en la extinta Yugoslavia. Ante el escaso apoyo a su candidatura a la secretaría general de la ONU, fue la primera en retirase.
Christiana Figueres (Costa Rica): otra hija de presidente. Su padre, José Figueres Ferrer, dirigió Costa Rica en tres periodos no consecutivos. Tiene una larga trayectoria dentro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y formó parte del equipo negociador del Protocolo de Kioto. También acabó retirando su candidatura.