La diseñadora que vistió la liberación de la mujer
El trabajo de Sonia Rykiel reflejó los cambios sociales de los sesenta y setenta

"No inventó solo un look, sino también una actitud, una manera de vivir y de ser", ha dicho François Hollande sobre Sonya Rykiel, fallecida en su casa de París a los 86 años a consecuencia de complicaciones derivadas del parkinson que padecía desde hacía dos décadas.
Rykiel ació en Neuilly-sur-Seine, a las afueras de París, en 1930, en el seno de una familia judía. Era la mayor de las cinco hijas que tuvieron Alfred Flis, fabricante de relojes rumano, y la rusa Fanny Tesler. A los 17 empezó a trabajar como escaparatista en los almacenes The Grande Maison de Blanc. Cinco años después se casó con Sam Rykiel, propietario de una boutique en París. Fue su primer embarazo lo que la llevó en 1961 al diseño. Cansada de no encontrar ropa que le sentara bien, decidió hacerla ella misma.

Poco después empezó a trabajar con una empresa italiana dedicada al punto para fabricar su prenda más reconocible: el ‘suéter del chico pobre’ (‘the poor boy sweater’). Ajustados, a rayas y con largas margas, sus jerseis se convirtieron en un icono, sobre todo después de que lo lucieran Brigitte Bardot, Catherine Deneuve, Audrey Hepburn e incluso Francoise Hardy en una portada de Elle del año 63.
Animada por el éxito, empezó a hacer otras prendas, creaciones prét-à-porter destinadas a una mujer que buscaba sofisticación, pero también un look más práctico y relajado. "Odio perder tiempo vistiéndome. Me gusta ponerme algo y pensar ‘sí, ya está’”, declaró una vez. Tras divorciarse de su marido en 1968, abrió la primera tienda con su nombre en París justo el día antes de que estallaran las revueltas estudiantiles. Tuvo que cerrar unos días y reabrir una vez se hubieron calmado los ánimos.
Fue la primera diseñadora en grabar sus desfiles y la primera en introducir palabras y mensajes en sus prendas. En los setenta empezó a escribir libres y se dice que Robert Altman basó Prét-à-Porter y el personaje de Anouk Aimée en ella.
Bautizó su filosofía como la 'démodé’ (la combinación de deconstrucción y moda). Se basaba en la idea de que es que la prenda la que debe adaptarse al cuerpo y el estilo de la mujer, y no al contrario. Según Christian Lacroix,Sonia Rikyel era “el epítome de un cierto estilo de lo francés y de París desde los sesenta. Chicas libres y elegantes, con estilo francés, actitud francesa y libertad francesa, eróticas e intelectuales al mismo tiempo”. “Era la personificación de una mujer libre. Logró tantas cosas, y no solo en la moda. La suya es una historia sobre la mujer y la liberación de la mujer”, ha dicho de ella su hija Nathalie.
Cuando en 1996 le diagnosticaron parkinson decidió retirarse y ceder a Nathalie el control de la empresa. La familia lo mantuvo hasta que en 2012 la asiática First Heritage Brands compró el 80% de la compañía.
