¿Cómo recuerdas tu primer día de trabajo? Recuerdo que tenía muchísimas ganas de pisar una agencia de publicidad. Empecé a interesarme por la industria cuando era adolescente viendo una recopilación de los spots ganadores de El Sol en un especial del Canal+. Mis primeras prácticas en el departamento de estrategia de una agencia fueron gracias a Agnès Riba en JWT, y lo recuerdo con mucho cariño. Allí viví mi primer focus group, una campaña de Freixenet y las primeras estrategias de social media con Facebook (cuando digital era un apéndice del plan de medios).

¿Quién es la persona que más ha influido en tu carrera? Hay varias, la mayoría han sido mujeres. Todas ellas me dieron una oportunidad y pensaron que estaría a la altura. Ver de cerca diferentes liderazgos femeninos en acción me ha ayudado a decidir qué tipo de líder quiero ser.

Descríbete con tres adjetivos. Intuitiva, perseverante y entusiasta.

¿Tienes algún talento secreto? No se me da nada mal hacer pasta fresca.

¿Cuál es el mejor cumplido que te han hecho? “Cuidas mucho a tu equipo”. Pienso firmemente que nadie puede llegar a ser un buen profesional si no se preocupa por la gente con la que trabaja.

Elige una mujer cuya carrera te haya inspirado. Jacinda Arden, la ex primera ministra de Nueva Zelanda.

¿Cuál ha sido tu mayor reto profesional hasta la fecha? En la época en la que trabajaba en agencias de publicidad, cualquier concurso era un reto en mayúsculas. Un sprint muy intenso con el que aprendías en tiempo récord sobre una categoría, un producto, un mercado y a preparar toda la puesta en escena. Mi mayor reto ahora es conseguir que la tecnología reacondicionada deje de ser una alternativa y se convierta en la primera opción para comprar tecnología en este país. 

Si pudieras elegir a cualquier persona, ¿con quién te gustaría trabajar? Es complicado decir un nombre, porque una cosa es la persona que ves en los medios y otra es la persona real que te encuentras de puertas adentro. Nunca sabes con qué dinámicas laborales te puedes encontrar lejos de los focos.

¿Y con quién te irías de cañas? Con Marc Giró.

¿Qué te hace reír? Lo cotidiano y lo absurdo.

¿Y lo que más te enfada? El negacionismo del cambio climático y escuchar eso de “yo no soy ni machista ni feminista”.

Si volvieras atrás, ¿harías algo de forma diferente? Soy fan de las películas de viajes en el tiempo. Y si hay una trama que se repite en todas ellas es cuando cambian cosas del pasado, vuelven al presente y se encuentran que lo que más quieren ya no está. Lo tengo claro, no haría nada diferente, ahora mismo estoy muy bien como estoy.

¿Cuál es tu mejor momento del día? El paseo que doy al volver de practicar yoga. Son unos minutos en los que lo veo todo desde otra perspectiva.

¿En qué ciudad te gustaría vivir? Copenhague.

Si eligieses una profesión diferente, ¿cuál sería? Quizás me decantaría por el mundo del diseño de producto. Me gusta solucionar problemas de forma práctica, pero sin dejar la creatividad de lado. Los objetos bien diseñados que duran mucho tiempo me obsesionan.

¿Cuál es tu mejor recuerdo de la infancia? Los veranos interminables en Lleida buceando en la piscina y jugando con mi hermano a la Nintendo 64.

¿Qué haces para desconectar del trabajo? Practicar yoga y tejer.

Recomiéndanos un libro, un disco, una serie y una película. Este año he leído de un tirón Tomorrow, tomorrow, tomorrow, de Gabrielle Zevin. No pararía de escuchar el disco Per la bona gent, de Manel. ¿Una serie? el anime Attack on Titan. Lo recomiendo a todo el mundo, vea anime o no. Y una película que me ha gustado mucho recientemente es Triangle of sadness, de Ruben Östlund.

¿Dónde te ves dentro de diez años? Espero que con buena salud, acompañada de los más quiero y practicando surf.