Anna Morató García, escritora: “Ser positivo no solo es cuestión de fuerza de voluntad”
‘¿Qué hago con mis emociones?’ es el último libro de la autora, que a través de los cuentos infantiles buscar dotar a los niños (y sus padres) de herramientas para ser felices
Decía Aristóteles que conocerse a uno mismo es el principio de toda sabiduría, y esto empieza ya en la infancia. Entender por qué se pasa de la alegría la tristeza sin que aparentemente haya ocurrido nada o cómo controlar un ataque de ira que termina en rabieta no es tarea fácil ni para el que lo sufre (el niño) ni para quien lo presencia (el adulto). Anna Morató García, autora de De mayor quiero ser… feliz, ahora ha publicado ¿Qué hago con mis emociones? para ayudar a adultos y pequeños a crecer juntos. Y es que, explica la autora, “a veces les pedimos a los niños y a las niñas que tengan un comportamiento con sus emociones que ni siquiera los adultos somos capaces de lograr”.
¿Por qué son tan importantes las emociones en nuestra vida?
Muchas veces, cuando pensamos en salud y bienestar nos viene a la cabeza la frase “mens sana in corpore sano”, es decir, nos centramos en la salud física (alimentación y el ejercicio) y la mental. Pero no deberíamos focalizarnos solo en estos tres aspectos, porque hay otros dos que tienen un peso muy destacado en nuestro bienestar: nuestra salud emocional y nuestras relaciones. En este libro he querido enfatizar la importancia de nuestro bienestar emocional, cuyo objetivo es explicar qué significa realmente sentirse sano. No se trata de evitar experimentar emociones incómodas ni tampoco que estemos siempre en modo zen, debemos conocer qué hacer con nuestras emociones, con las actuales y con las del pasado. Además, la salud emocional influye en nuestra actitud y fuerza de voluntad para mantener una buena salud física y mental.
¿Qué pueden aprender los niños y que van a descubrir los adultos?
Es más fácil entender y aprender aquello que podemos ver, por eso utilizo la metáfora visual de ‘El procesador’ para ayudar a explicar, a pequeños y mayores, la importancia de que las emociones son relevantes (tanto las cómodas como las incómodas) y hay que escucharlas parar poder ‘procesarlas’. De esta forma cuando suban, seremos capaces de bajarlas por nosotros mismos y no por un estímulo externo como pueda ser un grito, un castigo o un premio. Es un aprendizaje que necesita tiempo y paciencia, pero que vale la pena.
En todos tus libros las ilustraciones son muy representativas, ¿cómo se te ocurren los dibujos?
Soy una persona visual y normalmente empiezo mis manuscritos con la idea gráfica y luego me pongo a escribir el texto. Hago una especie de montaje de cómo me gustaría que quedase.
Vienes del mundo del marketing. ¿Cómo decides lanzarte a escribir cuentos?
Pasé de estar haciendo informes de planes de marketing y lanzamientos de nuevos productos a elaborar presentaciones de PowerPoint para explicar a mis hijos aquello que me encontraba repitiendo infinidad de veces y con escasos resultados. Ver el ‘mensaje’ plasmado en un dibujo ayudó a que lo entendieran mejor. Y aunque tenía que seguir repitiéndoles cosas, había conseguido reducir notablemente las veces que tenía que hacerlo. De esta forma fue surgiendo la idea de montarles ‘presentaciones/cuentos de andar por casa’ para intentar hablarles de hábitos y valores que creía importante trabajar en casa.
“A veces les pedimos a los niños y a las niñas que tengan un comportamiento con sus emociones que ni siquiera los adultos somos capaces de lograr”
¿En qué te inspiras para dar forma a tus libros?
Por suerte siempre estoy con alguna idea en la cabeza y disfruto mucho creando los cuentos. Además, a medida que se van creciendo mis hijos afrontamos nuevas situaciones que también me sirven de inspiración.
¿Les cuentas tus cuentos antes, durante o después de que ya estén en tiendas?
Antes, durante y después. Cuando hay un aprendizaje o herramienta que quiero transmitirles para que utilicen en algún de tipo situación o para afrontar un problema, pienso qué metáfora visual les puede ayudar a entenderlo y la utilizamos en casa primero. Cuando veo que efectivamente ha funcionado es cuando comienzo con el cuento. Y, por supuesto, luego cuando nos llega el ejemplar de la editorial también quieren volver a leerlo. La verdad es que tengo la suerte de que hasta ahora les han gustado todos.
¿Qué consejos nos daría para mantener una postura positiva?
La actitud positiva para mí personalmente ha sido muy significativa en la vida. Pero creo que es necesario decir que ser positivo no solo es cuestión de fuerza de voluntad. Nuestra capacidad de ser positivos está muy influenciada por cómo hemos sido educados y, además, es mucho más difícil serlo si no estamos bien. Por eso creo que hay que ser consciente de la importancia de mirarnos por dentro para ver qué cosas podemos mejorar y sanar, porque eso, a su vez, nos ayudará a ser más positivos.