Pussy Riot, el colectivo feminista que no teme a Putin
El grupo ruso ha recaudado 6 millones de euros para ayudar a Ucrania

El mundo las conoció el 21 de febrero de 2012, a raíz de la detención de tres de sus miembros durante un concierto improvisado (y sin autorización) en la catedral de Cristo Salvador de Moscú. Allí cantaron Holy shit, un tema en el que pedían a la Virgen María que librase al mundo de Vladímir Putin. Sus súplicas no fueron oídas y las líderes del colectivo feminista de punk-rock Pussy Riot, Nadia Tolokónnikova, María Alyokhina y Yekaterina Samutsévich, fueron detenidas, juzgadas y condenadas por “vandalismo” a dos años de cárcel, pese a las protestas que tanto en Rusia como fuera cuestionaron la dureza de la sentencia (Amnistía Internacional la calificó de “golpe amargo contra la libertad de expresión”).
El desproporcionado castigo no paró, sin embargo, a esta banda integrada por una decena de jóvenes activistas que se hizo famosa por sus coloridos pasamontañas, su feroz defensa de los derechos de las mujeres, del colectivo LGTBI, de la libertad de expresión y su inquebrantable oposición al presidente ruso.
Tras cumplir condena, las integrantes de las Pussy Riot han seguido haciendo oposición a Putin y denunciado la censura y corrupción del régimen de su país a través de la música, de la literatura (Tolokónnikova y Alyokhina, los rostros más conocidos del grupo han publicado Pussy Riot: De la alegría subversiva a la acción directa y Riot Days) y de performances tan notorias como la que protagonizaron en el final del Mundial de Rusia de 2018, cuando irrumpieron en el campo disfrazadas de policías.
"El arte puede ofrecer realmente una imagen alternativa de lo que sucede. Es la razón por la que, en algunos casos, sí que tratan de borrarnos del mapa”, explicó María Alyokhina en una entrevista publicada por El Mundo hace un par de años. La artista fue condenada de nuevo hace unos meses por un tribunal de Moscú a un año de libertad restringida por convocar una manifestación no autorizada en apoyo del opositor encarcelado Alexéi Navalni pese a las restricciones por el coronavirus.
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Por supuesto, las Pussy Riot tampoco se han quedado calladas ante la invasión de Ucrania. “Odio la guerra. Amo la paz. Apoyo a Ucrania. A la mierda Putin. Espero que muera pronto”, dijo Nadya Tolokónnikova en un concierto celebrado en Nueva York tres días después de que empezara la invasión.
Tolokónnikova también está detrás de la iniciativa UkraineDAO, con la que ha recaudado 6 millones de euros en cinco días subastando una bandera de Ucrania en formato NFT. Los beneficios irán destinados a financiar ayuda médica para las víctimas de la guerra.
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