Luchar contra la contaminación no es de ahora, Mary Walton ya lo hacía en el siglo XIX
La historia de esta pionera medioambiental se recoge en el libro ‘Damas de Manhattan’

Esta neoyorkina nacida en 1827, inventó a sus 52 años dos sistemas para paliar algunos de los problemas de contaminación que sufría por aquél entonces Nueva York: los provocados por el humo de las chimeneas industriales que poblaban su ciudad, y la contaminación acústica derivada del tránsito permanente de las locomotoras a vapor del ferrocarril.
En las postrimerías de 1880, desarrolló un sistema para desviar las emisiones de humo de las industrias a tanques de agua donde se reducirían drásticamente sus agentes contaminantes. Luego estas aguas serían arrojadas al alcantarillado para ser conducidas a lugares distantes y más apropiados.
Posteriormente, inventó también un método para reducir la contaminación sonora producida por el ferrocarril, a la que algunos terapeutas responsabilizaban de crisis nerviosas en las ciudades estadounidenses durante la década de los ochenta del siglo XIX, se explica en el libro Damas de Manhattan, editado por Casiopea y que comprende las biografías de más de una treinta de mujeres que, como Mary Walton, “forjaron la historia de la Gran Manzana”.
Para reducir el efecto acústico provocado por las vagonetas que cruzaban la ciudad, Walton ideó recubrir los raíles con una envoltura de madera pintada de alquitrán y algodón que se llenaba de arena, facilitando la absorción del ruido y las vibraciones. Patentó su invento en febrero de 1891 y vendió los derechos al Ferrocarril Metropolitano de Nueva York, por 10.000 dólares. El sistema pronto fue adoptado por otras compañías ferroviarias.
Mary Walton, se explica en el libro, fue considerada una heroína en aquel entonces y Manhattan algo más limpia y silenciosa.