Mucho por reivindicar, muchas ganas de hacerlo
Begoña de la Sota
“La ambición de las mujeres no es vertical, solo quieren ser felices”. Esta frase en una entrevista a Business Insiderle costaba el puesto a Kevin Roberts a principios de agosto del año pasado y todos los medios de comunicación se hacían eco de ella. Roberts, presidente de Saatchi & Saatchi, pensaba retirarse en 2017. Pero estas declaraciones al periódico económico estadounidense provocaron una respuesta abierta de rechazo desde Publicis Groupe, matriz de una de las agencias de publicidad más importantes, y Roberts cesaba de sus funciones en septiembre.
Casos como este deberían desaparecer. Pero la realidad es otra. Brecha salarial, techo de cristal… son conceptos que forman parte del día a día de miles de mujeres en todo el mundo. De hecho, el 60% de las compañías no tienen mujeres en su cuadro directivo y en más del 95% de los casos, el CEO es un hombre.
Los datos son de una encuesta realizada por el Peterson Institute for International Economics que toma como base una muestra de 21.980 compañías en 91 países. Y, sinceramente, dudo que esta situación sea estrictamente consecuencia del reconocimiento al mérito y al esfuerzo en el ámbito empresarial. Baso mis reservas en otro estudio. Esta vez, de la revista Fortune, según la cual, las compañías que tienen en su cuadro directivo a tres o más mujeres obtienen un 50% más de beneficios frente a las que no las tienen. Es decir, las mujeres en puestos directivos mejoran la rentabilidad de las compañías y, a pesar de ello, tienen escasa presencia. El sacrificio que debemos hacer para la conciliación familiar y el cuidado de los hijos parece estar entre los principales motivos que bloquean nuestro ascenso a puestos de responsabilidad
En nuestro país, el Grant Thornton International Business Report indica que solo el 26% de los puestos directivos están ocupados por mujeres. Es decir, menos de un tercio. A pesar de esto, España es, dentro de la Unión Europea, uno de los países que más ha avanzado en los últimos años, junto con Francia y Suecia. Quedémonos con eso para tomar el impulso necesario y seguir avanzando.
En los últimos años, de hecho, la desigualdad se está visibilizando más gracias, en buena medida, a la labor de rostros conocidos como Jennifer Lawrence o Emma Watson, que critican de forma abierta las diferencias de oportunidades para hombres y mujeres en el mundo del cine.
En el sector publicitario también hay voces que se alzan y se transforman en iniciativas como Free the bid, de la directora israelí Alma Har’el. Se trata de una web que reivindica el trabajo de las pocas mujeres directoras de spots de publicidad, que no superan el 7%. Se busca así que ellas tengan las mismas oportunidades de conseguir para un trabajo. La iniciativa, además, tiene el apoyo de agencias como FCB, DBB Norteamérica, BBDO Norteamérica, McCann NY, J. Walter Thompson, Leo Burnett, Pereira & O’Dell, Mother, Joan, Phenomenon o 180LA, y marcas como Nestlé y Coca-Cola.
En mi caso, me siento afortunada por haberme desarrollado profesionalmente en publicidad, ámbito creador de líderes en el que las ideas son el mejor impulso para el éxito. Dicho esto, como mujer y CEO de una gran compañía en España, apuesto porque en pleno siglo XXI, la lucha que decida quien ocupa los puestos de responsabilidad sea la de intelectos frente a la de sexos. Sin olvidar que la igualdad es una cuestión de voluntad, y la voluntad no distingue entre hombres y mujeres. De eso, afortunadamente, andamos sobradas.
Begoña de la Sota es CEO de MediaCom España