Un centro de investigación que es mucho más que un laboratorio
Así es S/PARK, el nuevo centro de innovación de Shiseido en Japón
En 1872, Arinobu Fukuhara abrió las puertas de su farmacia de estilo occidental en el distrito de Ginza (Tokio). Ese fue el origen de Shiseido, una empresa que con el tiempo cambiaría el panorama de la belleza. En 1916 la compañía puso en marcha su primer laboratorio para desarrollar y mejorar sus propias fórmulas. Casi 150 años después, Shiseido continúa fusionando la filosofía y la innovación de Oriente y de Occidente para crear productos de alta cosmética.
En la actualidad, sus centros de investigación, ubicados en cinco países, estudian y analizan las condiciones de la piel y las rutinas de maquillaje de los consumidores de cada región. El más nuevo es el Shiseido Global Innovation Center (GIC), también conocido como S/PARK, que abrió sus puertas en Yokohama el pasado mes de abril. En este laboratorio urbano, la empresa nipona promueve el intercambio entre consumidores, investigadores y expertos en diferentes áreas que trabajan juntos para cumplir la nueva misión corporativa de la compañía: innovar en el sector de la belleza para lograr un mundo mejor.
Hablar de espacio abierto no es, en este caso, una expresión vacía. Las dos primeras plantas del GIC están, literalmente, abiertas al público. El Bar, por ejemplo, es un lugar diseñado para que el visitante pueda sentarse con un investigador y consultor de belleza que analizará su piel y le ofrecerá una rutina personalizada.
En el S/PARK Studio hay una sala interior y una pista de atletismo donde pueden probar los programas para correr y caminar diseñados a partir de los conocimientos del Shiseido Running Club y un método exclusivo de este centro. El objetivo es que el público experimente la idea de ‘belleza activa’, que se refiere no al aspecto, sino a la postura y los movimientos del cuerpo.
También hay un Café que ofrece una carta exclusiva con platos originales basados en verduras y una instalación donde los visitantes pueden encontrarse cara a cara con su ‘yo’ futuro gracias una simulación de su envejecimiento facial.
La segunda planta alberga el S/PARK Museo, donde se repasan los más de cien años de investigación y desarrollo de Shiseido, y se ofrece una mirada hacia el pasado, pero también hacia el futuro de la belleza. Una planta más arriba hay un auditorio con capacidad para quinientas personas.
Subiendo un poco más encontramos los laboratorios, que ocupan desde la planta cuarta a la decimoquinta y que tampoco tienen mucho que ver con los laboratorios tradicionales. Existe, por ejemplo, un espacio especialmente diseñado para que el personal de Shiseido y sus socios comerciales se sienten para hablar de negocios, algo inusual en un centro de investigación. También hay un laboratorio de colaboración en el que los investigadores de la casa pueden trabajar con otros de fuera, tanto de Japón como de otros países. Incluso hay una sala de pruebas decorada como un apartamento para que los clientes se sientan como en casa y el personal de Shiseido puede ver cómo utilizan sus novedades.
El último ejemplo de innovación de Shiseido son las novedades de Benefiance, su línea de tratamiento antiedad, ampliada recientemente con tres nuevos productos: sérum, emulsión y contorno de ojos. Benefiance es, sin duda, un caso de éxito dentro del mundo de la cosmética. En 2018, la compañía japonesa hizo historia al convertirse en la primera marca en incorporar la neurociencia a los tratamientos cosméticos. Un año después combinaba esta tecnología con las últimas innovaciones para corregir las arrugas. El resultado es Benefiance, una línea de productos que aceleran el proceso de autoregeneración de la piel (es lo que en Shiseido denominan ‘reneura technology’) actuando sobre sus receptores sensoriales para que esta responda de manera óptima al tratamiento. El resultado es que los signos del envejecimiento disminuyen, incluidos la sequedad y la aparición de arrugas y líneas de expresión.
