La sorprendente explicación de por qué los huracanes con nombre de mujer resultan más letales
Increíble pero cierto: históricamente han causado hasta el doble de víctimas

Dicen que Irma será el ciclón más potente en el Atlántico de la historia, al menos desde que se tienen registros. Tras causar estragos en el Caribe, la denominada por los medios Tormenta del Siglo se encamina hacia República Dominicana, Haití, Cuba y el sur de Estados Unidos. Es el segundo tifón de máxima categoría que azota la costa atlántica este verano. Hace solo unas semanas que Harvey arrasó Texas, provocó más de 60 muertos, obligó a 30.000 personas a evacuar sus hogares y causó pérdidas por valor de 200.000 millones de dólares.
Los daños provocados por Irma son, al menos de momento (y esperemos que así siga), menores. Sin embargo, un estudio publicado hace un par de años por investigadores de la Universidad de Princeton asegura que los huracanes bautizados con nombres femenino matan más que los que llevan nombre de varón. Así dicho, parece una propuesta bastante descabellada, pero los autores proponen una explicación.
Los investigadores analizaron las cifras de muertes causadas por todos los tifones registrados en Estados Unidos durante más de seis décadas, en concreto, desde 1950 a 2012. Lo que descubrieron fue que los ciclones con nombre de mujer habían sido mucho más letales. Las diferencias eran poco relevantes en el caso de los tifones leves, pero muy significativas en los más graves. Es decir, que entre los huracanes serios, los peores son los femeninos.
Lógicamente, no es que crean que los fenómenos meteorológicos tienen género y que de este depende su capacidad destructora. Es más, el proceso para bautizarlos es ciego, no tiene para nada en cuenta sus características. Al menos ahora, porque antes los huracanes solo llevaban nombre de mujer. A los meteorólogos de antaño les parecía apropiado por aquello de que son fenómenos bastante impredecibles. Pero el auge del feminismo y la cada vez mayor sensibilidad social por las cuestiones de género acabaron con esta costumbre a finales de los setenta. Desde 1979 la Organización Meteorológica Mundial utiliza alternativamente nombres de hombre y mujer para identificar a los huracanes y las tormentas tropicales. Cada año se prepara una lista de nombres que incluye uno por cada letra del alfabeto y alterna los nombres femeninos y masculinos. Por eso tras Harvey viene Irma.
La hipótesis de los autores es que la gente percibe las tormentas con nombre de mujer como menos amenazantes y, por tanto, toma menos precauciones. “De los hombres se suele esperar que sean fuertes, competentes y agresivos, mientras que de las mujeres se suele esperar que sean débiles, cálidas y pasivas. Es más probable que los hombres cometan actos violentos, y por consiguiente lo masculino sea asocia más con fuerzas negativas como la violencia y la destrucción”, argumentan.
Pusieron a prueba la teoría con varios experimentos, proponiendo a la gente distintos escenarios con huracanes del mismo nivel pero distinto nombre, y la respuesta fue siempre la misma: en general tendemos a dar un peor pronóstico y mostramos mayor disposición a evacuar o tomar medidas ante Victor que ante Victoria.
Afortunadamente parece que las autoridades, al menos en Estados Unidos, no están cometiendo el error de subestimar a Irma, que ha ya dejado un balance provisional de once víctimas mortales. Ayer por la noche, el alcalde de Miami dio orden de evacuar las zonas costeras ante las casi seguras inundaciones que se producirán (la ciudad están construida a ras de nivel del mar) cuando la tormenta llegue este fin de semana a sus costas. Unas 100.000 personas han empezado a abandonar ya sus casas.