Mucha gente ha descubierto estos días a sus vecinos, desconocidos con los que, gracias a los aplausos diarios de las ocho o a través de la redes vecinales de ayuda, hemos conectado después de cruzarnos, quizá durante años, en ascensores y descansillos. Parece que el confinamiento también está también sacando a la luz la creatividad y las ganas de compartir de la ciudadanía. Bien, pues convencidos del talento y la creatividad de todos los ciudadanos, y conscientes del papel que balcones y ventanas están jugando en estos días de cuarentena, PHotoESPAÑA lanzó hace unos días un llamamiento a través de redes sociales pidiendo a sus seguidores que compartieran imágenes desde sus balcones con los hashtags#PHEdesdemibalcón y #PHE20.

Era una convocatoria abierta a cualquier ciudadano que quisiera participar, el único requisito era que el punto de partida fueran ventanas y balcones, elementos esenciales estos días y referentes también a lo largo de toda la historia del arte, recuerda el festival. “Las ventanas, los balcones funcionan como hemos visto a lo largo de la historia de arte como un separador entre el espacio interior (y personal) y el mundo exterior. Pero también como una fuente de anhelo y libertad. Confinamiento e infinitud. Inmediatez y fugacidad”, apunta la convocatoria.

En el ámbito concreto de la fotografía infinidad de trabajos han reflexionado en torno al espacio interior y exterior, desde Vista desde la ventana en Le Gras, tomada por Joseph Nicéphore Niépce en junio de 1826 y la fotografía permanente más antigua que se conserva, hasta la actualidad, pasando por Lee Friedlander (Maria, New York, 1959); Adriana Lestido (El amor, 1992-2005), Alessandra Sanguinetti (The models. Buenos Aires, 2000), Sarah Jones (The Bedroom, 2002) o Alberto García Alix (Al final del pasillo. 2002), entre otros muchos.