Grandes mujeres que cambiaron el mundo

Y que son toda una inspiración para que ahora lo cambiemos nosotras

Lo primero que hace Luciana cuando se despierta por las mañanas es salir de su pequeña cabaña familiar para comprobar si el lago Titicaca está en calma. Hoy ha tenido suerte y el inmenso lago azul que rodea la isla flotante en la que vive ha amanecido tranquilo. Podrá ir al colegio. La isla está construida con totora, como su casa y los escasos muebles que hay en ella. Porque sólo una cosa abunda en aquel lugar: la totora, una planta que allí utilizan prácticamente para todo.

Luciana pronto cumplirá diez años y desde hace unos meses se siente especialmente mayor porque sus padres le permiten que vaya sola a clase navegando sobre una minúscula tina de plástico en la que apenas cabe de rodillas. Es una travesía peligrosa pero Luciana es muy valiente. La niña avanza remando simplemente con sus manos a pesar de que el agua del Titicaca está casi helada. Después de media hora de fatigoso viaje llega a otra isla flotante en la que está la escuela. Allí la espera Magaly, la profesora de muchos de los niños que viven en las islas de los Uros.

Magaly es una fiel seguidora del método Montessori, creado por la célebre educadora italiana del mismo nombre a principios del siglo XX. Incluso tiene una fotografía de María Montessori colgada en la pared de su aula. Muchos días les recuerda a Luciana y a sus compañeros que si pueden aprender sin tener apenas libros es gracias a esa mujer del retrato, que ideó una forma de enseñar basada en el desarrollo de las habilidades de cada uno de ellos a través de juegos y experimentos en grupo. Fue una gran mujer -les repite a menudo- la primera médica de Italia, cuando en su época los estudios de medicina estaban reservados a los hombres. Entonces Luciana siempre replica los mismo -pues yo no quiero ser pescadora, como todos los hombres de aquí, yo quiero ser arquitecta y construir muchas más escuelas para que todas las niñas puedan estudiar y de mayores no tengan que trabajar haciendo collares para los turistas como mi mamá.- Cuando la profesora escucha estas palabras no puede evitar una mirada de complicidad hacia el retrato de María Montessori. Sabe que su método está funcionando, incluso allí, en una remota escuela levantada sobre una isla de totora a más de 3.800 metros de altura.

Unos miles de metros por encima Melissa observa el movimiento ralentizado del paisaje desde el jet corporativo de la compañía tecnológica que dirige. Esa imagen le recuerda el nuevo buscador de internet que está desarrollando. Es extremadamente rápido, como su jet. Detecta y agrupa datos a una velocidad impensable hasta ahora pero el resultado final, contemplado desde la pantalla de cualquier dispositivo, todavía le genera la misma sensación de lentitud que esas montañas moviéndose parsimoniosamente allá abajo.

Muchos miembros de su equipo no opinan lo mismo y creen que el MSS es ya el buscador más rápido que ha existido, pero ella quiere todavía mucha más velocidad y no parará hasta obtenerla cueste lo que cueste. El nombre en clave del proyecto también está generando polémica. Algunos ingenieros han empezado a propagar el chismorreo de que MMS es una abreviatura de MeliSSa, un reflejo del ego de esa mujer que está dispuesta a hacerles trabajar miles de horas más para replantear varios algoritmos sobre los que se sustenta el navegador. Están muy equivocados. En realidad MSS tiene su origen en las siglas de Marya Salomea Sklodowska, el nombre original de Marie Curie, la científica que descubrió el Radio y la primera persona en lograr dos premios Nobel, a quien Melissa siempre ha tenido como su gran referente.

Marie Curie llegó a París a finales del siglo XIX con una maleta cargada de sueños que apuntaban mucho más alto de lo que cabía esperar de una joven inmigrante polaca. Y no sólo los alcanzó, sino que los superó. Tenía una enorme capacidad intelectual pero fue su determinación sin límites la que le hizo vencer todas las barreras de una época absolutamente machista. La misma determinación con la que Melissa quiere crear ahora un buscador revolucionario que permita un acceso rápido a la información incluso desde los puntos con las conexiones a internet más lentas, tan habituales en el hemisferio sur. Que la acusen de ególatra le importa muy poco porque además sabe que muchas de las críticas hacia su persona provienen de hombres que todavía no han asimilado que le dieran el cargo que todos ellos anhelaban .

Las vidas de Luciana y Melissa son muy diferentes entre sí pero gracias a Maria Montessori y a Marie Curie tienen un objetivo común. Cambiar el mundo en el que viven. Una misión enormemente compleja incluso en el siglo XXI, aunque muchas mujeres a lo largo de la historia lo han logrado aun viviendo en una época mucho más desfavorable para ellas que la actual. En efecto, Simone de Beauvoir, Jane Austen, Indira Gandhi, Rosalind Franklin, Helen Keller, Frida Kahlo, Coco Chanel, Jane Goodall, Hedy Lamarr  o por supuesto Maria Montessori y Marie Curie, entre otras, fueron grandes mujeres que contribuyeron a cambiar el mundo. Mujeres únicas que destacaron en ámbitos y contextos totalmente reservados a los hombres. Lograron grandes avances científicos, revolucionaron los sistemas educativos, transformaron un país o rompieron con los convencionalismos sociales más rancios sin otras armas que su determinación, su valentía, su creatividad y su tenacidad. Y lo hicieron además sin renunciar casi nunca a sus familias o al amor.

Ahora la colección Grandes Mujeres de RBA nos descubre toda la intensidad con la que vivieron estas feministas adelantadas a su tiempo profundizando en sus apasionantes vidas para desvelarnos desde detalles sorprendentes hasta retratos, cartas y objetos personales que nos acercarán a su lado más íntimo. Comprobaremos que hoy en día estas mujeres excepcionales son todavía una gran inspiración para que nosotras intentemos cambiar el mundo como ya lo están haciendo Luciana y Melissa. Y como esperamos que lo intente una mujer de la que no te hablaremos porque la conoces muy bien. Nació el mismo día que tú y se llama igual que tú.

Tu privacidad es importante para nosotros

Utilizamos cookies propias y de terceros para analizar nuestros servicios con fines analíticos, para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación y para incorporar funcionalidades de redes sociales. Podrás cambiar de opinión y modificar tus opciones de consentimiento en cualquier momento al volver a esta web y accediendo a la página Política de Cookies.

Panel de gestión de cookies

✓ Permitir todas las cookies
✗ Denegar todas las cookies
Estas cookies son necesarias para que el sitio web funcione y no se pueden desactivar en nuestros sistemas. Usualmente están configuradas para responder a acciones hechas por usted para recibir servicios, tales como ajustar sus preferencias de privacidad, iniciar sesión en el sitio, o llenar formularios. Usted puede configurar su navegador para bloquear o alertar la presencia de estas cookies, pero algunas partes del sitio web no funcionarán. Estas cookies no guardan ninguna información personal identificable.

Cookies técnicas

✓ Permitir
✗ Denegar
Las cookies estadísticas nos permiten contar las visitas y fuentes de circulación para poder medir y mejorar el desempeño de nuestro sitio. Nos ayudan a saber qué páginas son las más o menos populares, y ver cuántas personas visitan el sitio.

Google Analytics

Ver sitio oficial
✓ Permitir
✗ Denegar
✓ Permitir
✗ Denegar
Estas cookies pueden ser añadidas a nuestro sitio por nuestros socios de publicidad/medios sociales. No almacenan directamente información personal, sino que se basan en la identificación única de tu navegador y dispositivo de Internet para ofrecerle compartir contenido en los medios sociales o para mostrarte contenido o anuncios relevantes en nuestro sitio web u otras plataformas.
✓ Permitir
✗ Denegar
✓ Permitir
✗ Denegar
Subir al principio de la página