Así han conseguido unos niños de Santander convencer a Okuda para que convierta su cole en una obra de arte
Todo comenzó con el cómic de una niña de 11 años

Hace ocho años, el Vital Alsar, un colegio público del extrarradio de Santander, estaba medio abandonado y a punto cerrar. Asistían apenas una veintena de niños, y principalmente para aprovechar el servicio de comedor y las instalaciones sanitarias. Hasta que un movimiento llamado ‘A volar por una educación diferente’ consiguió que el gobierno cántabro les dejase poner en marcha un proyecto que apuesta por un modelo educativo innovador: sin exámenes, ni clases, ni deberes al uso, y en el que se trabaja el desarrollo emocional de los niños, su creatividad y su participación. Que busca, en definitiva, formar personas equilibradas, reflexivas, con espíritu crítico y comprometidas con el mundo.
También su gestión es diferente. “Funcionamos de forma asamblearia, bebiendo de las fuentes del cooperativismo moderno. Trabajamos como una cooperativa, pero sin serlo, porque formamos parte del sistema público”, explica Tito de la Fuente, presidente de la AMPA. Los padres están muy implicados, al igual que la dirección y el claustro. Y aunque no todo ha sido un camino de rosas, reconoce De la Fuente, el proyecto funciona. Tanto es así que hay gente que se desplaza a diario desde localidades cercanas o incluso se ha cambiado de comunidad autónoma para que sus hijos asistan a este colegio. También hay profesores que han pedido un cambio de destino para enseñar allí. Ahora hay unos setenta niños de Infantil y Primaria, y de momento no pueden admitir más por falta de espacio (comparten el edificio con una asociación). Una vez puestas las bases del proyecto educativo y después haber arreglado, en la medida de sus posibilidades, el interior del centro, ahora se han propuesto cambiar el exterior.
“Uno de los problemas del colegio es que es cemento puro y duro”, indica Tito De la Fuente. Han conseguido una ayuda para intentar convertir la parte de atrás en un bosque. Pero qué hacer con la fachada también representaba un quebradero de cabeza. Fue su hija de diez años, Inés, la que tuvo la idea de que Okuda San Miguel, uno de los artistas urbanos más importantes del mundo, podría echarles una mano en la tarea de pintar el cole, e hizo un cómic para intentar convencerle.
Okuda es de Santander y las pasadas navidades hizo una exposición en su ciudad natal. Allí se presentaron tres de los padres del colegio con tres niños: Inés, Abel e Ismael. Le entregaron al artista el cómic y le contaron el proyecto. En ese mismo momento, decidió apuntarse. El más pequeño del grupo, Ismael, alucinó tanto con lo que vio en la exposición que a sus cinco añitos le propuso a su profesora que los niños de infantil trabajaran sobre su obra.
A la vuelta de vacaciones a petición de uno de los peques que visitó la Expo y quedó fascinado por el universo #okuda, l@s niñ@s de infantil de nuestro cole estuvieron trabajando sobre @OKUDART y la fiebre okuda se desató en el cole pic.twitter.com/DXx7u4rOJp — CEIP Vital Alsar (@ceipvitalalsar) 9 de julio de 2018
Aprovechando que otros de los padres del colegio es cámara, los niños hicieron, además, un vídeo explicando la idea.
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Aquí hay un vídeo que no puedes ver debido a tu configuración de cookies. Puedes ver nuestra política de cookies o abrir el vídeo en youtube.com
Política de cookiesVer en youtube.comEl propio Okuda fue después, acompañado de sus padres y su hermana, a visitar el centro. Si la idea ya le había gustado antes, después de ver cómo funciona se entusiasmó aún más. El plan es convertir un edificio triste en un contenedor de experiencias educativas, colorista, alegre que sirva para despertar nuevas vocaciones. Y que, además, con un poco de suerte, a partir de la intervención en este edificio se inicie un movimiento que acabe cambiando la cara de Cueto, la barriada obrera donde está el colegio.
@OKUDART al salir del cole dijo SI, con su total compromiso, y añadió “Quiero dejar el cole tan bonito por fuera como lo he visto que es por dentro” 😘 #amoraprimeravista#otraeducacionesposiblepic.twitter.com/RC6AoNVIqg — CEIP Vital Alsar (@ceipvitalalsar) 9 de julio de 2018
Ahora queda reunir el dinero necesario para hacerlo. Por supuesto, Okuda San Miguel no cobrará por el trabajo, pero sí necesitan fondos para pagar la grúa, la pintura, los ayudantes y todo el montaje que requiere decorar las cuatro fachadas del edificio. Para ello han puesto en marcha una campaña de crowdfunding en Ulule que estará activa durante estos meses de verano. “Si lo conseguimos, y esperamos que sí, la idea es hacerlo la segunda quincena de septiembre”, explica el responsable de la asociación de padres. “Nos gustaría implicar al barrio y que coincida con el inicio del curso, para que los niños lo vivan. Entre otras cosas, porque queremos que vean que es posible, que una idea que es suya, que ha salido de ellos, se hace realidad”.


