Por qué la ampliación del permiso de paternidad nos beneficia a todos y todas
No será la panacea, pero la medida puede resultar positiva en muchos sentidos

Hoy ha entrado en vigor la ampliación de los permisos de paternidad. A partir de ahora, los padres de recién nacidos o de niños adoptados podrán disfrutar de ocho semanas de permiso (tres más de las que tenían antes). La cantidad irá aumentando de manera progresiva: serán doce el año que viene, hasta alcanzar las dieciséis semanas en 2021 y equipararse así con el permiso de maternidad.
La medida ha generado cierta polémica. En primer lugar, por haber sido aprobada por la vía del decreto-ley. De hecho, Ciudadanos solicitó en la Mesa de la Diputación Permanente del Congreso que se pidiera un informe jurídico a los letrados de las Cortes para saber si el Gobierno podía modificar con reales decretos una ley orgánica. El partido naranja decidió después que dará su apoyo a la medida (con lo que el Gobierno en principio se garantiza los votos suficientes para mantenerla), aunque solicitará su tramitación como proyecto de ley. Más allá de eso, todavía hay quien considera que el igualar los permisos no supondrá demasiado cambio o quien incluso lo ve como una pequeña derrota para las mujeres, que pierden así una de los pocos privilegios que tenían. Veamos cómo la medida sí puede implicar claros beneficios, y no solo para los hombres:
Favorecerá la corresponsabilidad
El hecho de que ellos se impliquen desde el primer momento en el cuidado de los hijos sin duda beneficiará que después continúen haciéndolo. Además, el nuevo permiso de paternidad es intransferible, siendo obligatorio disfrutar de las dos primeras tras el parto. Las seis restantes se podrán coger en cualquier momento hasta que el niño cumpla doce meses. Y en ningún caso el padre puede cederle los días que le corresponden a la madre, con lo cual también se evita esa trampa.
Contrarrestará la penalización por maternidad
La maternidad es algo que tradicionalmente ha jugado en contra de las mujeres a la hora de competir en el mercado laboral (incluso aunque no tengan hijos o siquiera intención de tenerlos). Todavía hay empresarios que, a la hora de contratar o plantearse ascender a un trabajador, prefieren no elegir a una mujer por el trastorno que podría ocasionarles si se quedase embarazada o para evitarse directamente esos meses de baja. Igualar los permisos tiene sentido si de lo que se trata es de igualar las opciones de todos.
Los bebés podrán pasar más tiempo con sus progenitores
Si la madre se ha recuperado del parto a las dos semanas, el padre (o la otra madre) puede guardarse hasta seis semanas para relevarla cuando vuelva a su puesto de trabajo. De esta forma, el bebé podrá estar atendido en casa durante más tiempo solo por los permisos.
Y los padres disfrutarán más de los primeros meses de vida de sus hijos
Sí, ambos progenitores tienen el mismo derecho a disfrutar de la primera etapa de vida de sus hijos. Pasar tiempo con los hijos es, sobre todo al principio, una de las formas más efectivas de crear y reforzar el vínculo paterno-filial.
Cambiará mentalidades
Tenemos grabado a fuego el estereotipo de que las mujeres son las principales responsables del cuidado y la crianza de los hijos. Una encuesta de la asociación Yo No Renuncio, el 58% de las mujeres dicen haber renunciado a su carrera al convertirse en madres, frente a solo el 6% de sus parejas. La renuncia es una idea tan extendida que incluso el 51% de las mujeres que no son madres asumen que si lo fuesen tendrían que olvidarse de su progreso profesional, pero solo el 11% de los hombres piensan lo mismo.
Podría animarnos a procrear
Según la Encuesta de Fecundidad de 2018, realizada por el Instituto Nacional de Estadística, el principal incentivo a la natalidad que demandan tanto mujeres como hombres en España es el aumento de la duración del permiso de maternidad/paternidad (un 23,09% en el caso de ellas y un 16,27% en el de ellos), por encima de otras medidas como la flexibilidad de horarios en el trabajo o las ayudas para el cuidado de los hijos. Teniendo en cuenta que España es, tras Malta, el país de la UE con la tasa de fertilidad más baja (1,3 hijos por mujer), todo lo que sea ponérselo fácil a la gente para que tenga hijos es una buena noticia.