Lo más importante, que no tengo ni idea de nada. Hay que estar siempre dispuesto a escuchar, a entender que te puedes equivocar y que todo lo que has aprendido puede cambiar de un día para otro. La cuestión es ir adaptándose.

¿De dónde sacas la inspiración para tus canciones?

Siempre digo que en mi inspiración hay una parte de verdad y una parte de mentira. Mis canciones están basadas en historias que me han ocurrido a mí o a gente de mi entorno. Lo que intento es que aunque sea la canción más triste del mundo, te deje un buen sabor de boca. Siempre busco transmitir esperanza, alegría, tranquilidad, que la gente se sienta acompañada en lo que le esté pasando.

“Lo de las plataformas de ‘streaming’ es un arma de doble filo”

¿Es lo que persigues con tu nuevo single,Ya no me joden la fiesta?

Esa canción nació una noche que me pasó, literalmente, lo que cuenta. Estaba en casa de un amigo y escribí en una nota del teléfono: 'Ya no me joden la fiesta'. A la mañana siguiente me desperté y me puse a escribir sobre cómo a veces nos quedamos tan enfrascados en cosas negativas o en personas que nos están haciendo daño o que nos chupan la energía que por el camino nos perdemos cosas bonitas. Quería decirle a la gente que incluso en esos días en los que no puedes más, tu jefe te está puteando o tu novio, tu hermana o tus padres te estás tocando las narices, puedes decir: no tengo por qué aguantar esto, no voy a perderme la fiesta que es vivir.

Uno de tus temas más famosos, Valientes de sofá, habla de lo fácil que es criticar desde casa sin salir a pelear. ¿Te has encontrado con muchos ‘valientes de sofá’?

‘Valientes de sofá’ nos encontramos todos, no solo en la música, también en las familias, en las relaciones de pareja, etcétera. Siempre hay personas a las que les gusta opinar desde el balcón. Y tampoco hay que ser hipócrita, todos hemos sido también ‘valientes de sofá’ alguna vez, es muy fácil serlo. Pero sí, me he encontrado bastante gente que decía: '¿qué le pasa a esta niña que lo deja todo y se va a hacer música? ¿Quién se ha creído?'.

En tu último disco tuviste colaboraciones muy potentes, como Rozalén, David Otero y Despistaos. ¿Cómo surgió la oportunidad de trabajar con ellos?

En el caso de María [Rozalén] y de David trabajamos con la misma oficina, RLM, hemos ido coincidiendo en sitios y ha surgido una amistad, un cariño y un respeto. David y yo escribimos la canción juntos. De hecho, la escribimos un año y pico antes de sacarla. La canción de María fue un regalo. Ella la escuchó en el estudio y me escribió diciendo que le encantaba. Obviamente yo me volví loca, le pregunté si quería colaborar y todo cuadró. Fue un sueño para mí.

¿Quiénes son tus referentes musicales?

Escucho un poco de todo. Rozalén y Rosana son grandes referentes para mí. También me encantan Leiva o Mikel Izal. De la escena internacional me gusta mucho el indie o el folk americano.

Has girado por toda España llenando salas y tu próximo tour casi ha colgado el cartel del sold out. ¿Cómo se vive esto?

Llevo una semana que todavía no me lo creo, pienso que mañana o pasado me van a llamar y van a decir que se acabó. El año pasado llené la Riviera y, ya sabes, el síndrome del impostor te hace pensar todo el tiempo que las cosas te pasan por suerte. Volver a llenar las salas me confirma que trabajo para algo. Para este tour que arranca tengo una banda con la que ya llevo tiempo girando. Estamos engrasados y muy coordinados. Voy a ir sacando nuevos temas durante la gira, canciones divertidas, optimistas. Estamos preparando un concierto muy pensado para el público, de esos que hacen que la gente se sienta dentro del espectáculo.

¿Crees que el streaming ha ayudado a que tus canciones lleguen a más gente?

Lo de las plataformas es un arma de doble filo. Por un lado, consiguen que llegues a lugares en los que probablemente no te hubiesen escuchado en la vida (yo de repente tengo reproducciones en Indonesia, por ejemplo), pero también han creado una oferta tan grande que es muy complicado afianzar al público. Ahora es difícil lograr que la gente escuche un disco entero y no solo un single.

“Me encantaría empezar en Latinoamérica como lo hice aquí, con la guitarra debajo del brazo”

¿Planes de futuro?

Hemos empezado con Vale la pena e iremos lanzando más singles. También tengo varias colaboraciones pendientes, sobre todo en discos de otras personas. Y espero seguir saliendo de gira y estar en más festivales. También me encantaría irme al otro lado del charco y empezar en Latinoamérica como lo hice aquí, con la guitarra debajo del brazo.