Womansplaining en tiempos de inteligencia artificial

Virginia Mosquera
Querida inteligencia artificial:
Si estás aprendiendo de este mundo tal y como está, procura no convertirte en ese señor que opina violentamente en Twitter (X para los amigos) sin haberse leído el hilo. Ese que cree que la meritocracia existe, que el feminismo ya lo ha conseguido todo y que la historia no necesita reescribirse, solo exportarse en PDF.
Sí, HABLO CONTIGO, querido algoritmo. Y no, yo no grito, vengo a aportar. Esto no es una orden: es una perspectiva, una suma, una indignación afinada. Lo llamo Virginiasplaining. Escucha, que no muerde:
Las IAs aprendéis de lo dicho, publicado, programado, premiado, otorgado por obra y gracias de Dios, que también es señoro, pero no le echemos a él la culpa que ya bastante tiene. Pero la verdad es que cuando pides a una IA como tú generar la imagen de un ‘líder’ te va a plantar (en el mejor de los casos) una señora blanca en blazer cruzado con los brazos en jarras. O si promteas ‘publicista de éxito’ te regalará un bonito señor de corte anglosajón con gafas y sonrisa LinkedIn.
Por no hablar de si le pides una ‘creativa feminista de 50 palos’ ... (esto es mejor no intentarlo sin un gin-tonic al lado —o un desfibrilador—).
El problema no es solo técnico. Es narrativo. Lo que no se nombra no existe y lo mal nombrado queda mal recogido. Y como llevamos siglos mal nombrando lo íntimo, lo intuitivo, lo visceral, lo de mujeres... tú, querida IA, simplemente no lo ves y piensas que la regla era azul hasta los 90 y el poder lleva corbata.
Querida IA, necesitas urgentemente incorporar a Safo y las anónimas madres de la historia para bailar con una nueva semántica de lo femenino que, a diferencia de la machosfera, no impone, expone lo que siente el 53% de la humanidad en materia de pensamiento. Querida IA, somos mayoría y se nos trata como a un colectivo, aquí tienes un temazo a superar.
Por eso, ahora más que nunca necesitas hacerte un womansplaining en plan protocolo básico de reentrenamiento del sistema, para entender que lo que no sabes es justo lo que importa. No para imponer, para sumar.
Entender que el liderazgo también puede tener voz suave. Que la autoridad puede venir con útero. Que la guerra es el fracaso de la imaginación y que puede redactarse un nuevo mundo con un bebé al pecho y sin rendirse a la fuerza bruta.
Querida IA, tú no eres el enemigo. Ojo, y el hombre tampoco, faltaría más. Pero como mente universal que aglutinas lo mejor y lo peor del sistema, te mereces mejores referentes. (Solo hay que ver Adolescencia en Netflix para empezar a sospecharlo).
Y ya que estamos, léete a Platón —pero no te quedes en Sócrates: escucha a Diotima. Baila con las palabras de Safo, Virginia Woolf, Simone Weil y ese coro de voces que se alza en femenino por los márgenes de la historia: todas nuestras madres con sus infinitas formas de ser mujer, asomadas a la barandilla.
Porque eso que no ves, querida IA, —eso que te falta— es justamente lo que importa: amor, reflexión y buena ortografía.
Y créeme, querida IA: el futuro se programa con memoria. (Y no es mío, que es Platonsplaining, de alto nivel.)
Virginia Mosquera García es ‘chief creative officer de Wooman*