Las bondades del estrés
Ester Sánchez-de León
Alicia Orden, coordinadora de las bibliotecas de Las Rozas, comentaba al publico asistente, durante la presentación de mi libro en la biblioteca León Tolstoi, que el título del libro era toda una provocación. Y a ti, ¿qué te estresa?, se titula. Efectivamente, no puedo estar más de acuerdo con ella, el título y el libro son una provocación y toda una declaración de intenciones.
Decidí escribir el libro cuando estábamos en pleno confinamiento y la Covid 19 nos estaba poniendo a prueba. Nos encontrábamos ante una situación de alerta máxima, la existencia del ser humano peligraba y había que enfrentarse a ello, luchar, adaptarse y sobrevivir. Cualquier persona que sepa del tema sabe que esta era la situación perfecta, “de libro”, dirían algunos, para que se activase nuestro estrés y se pusieran en marcha todos los mecanismos internos necesarios para ayudarnos a superar esta situación con éxito.
Así sucedió, nos unimos en un frente común e hicimos los cambios necesarios: unos nos encerramos, trabajamos creando en nuestras casas oficinas y aulas de aprendizaje e inclusos gimnasios improvisados, mientras que otros siguieron acudiendo a sus centros de trabajo, a pesar del riesgo a contagiarse, para mantener unos servicios básicos.
Nos dimos cuenta de los beneficios de la tecnología y de las conexiones online y también valoramos más que nunca los abrazos, los besos, las conversaciones, los viajes y la importancia de la libertad, rodeada de respeto, amor y colaboración.
Resultó una situación difícil para todos. Fue duro, sufrimos, pero luchamos, nos adaptamos y ¡lo conseguimos! El estrés nos acompañó en todo este camino. Nos mantuvo alerta, con nuestros sentidos concentrados en buscar soluciones y las mejores salidas posibles ante esta situación. Esta es una de las bondades del estrés: nos aporta la energía y las capacidades necesarias para superar situaciones límite con éxito.
Y si el estrés puede ser positivo hasta ese punto, ¿por qué cuando hablamos de él lo hacemos con un sentimiento tan negativo? ¿Por qué tenemos tantos prejuicios hacia él? ¿Por qué no somos capaces de aceptar que estamos viviendo una situación estresante y sin embargo sí reconocemos rápidamente sus síntomas en las personas cercanas a nosotros?
Reconozcámoslo, el estrés tiene “mala prensa”. No queremos enfrentarnos a él ni formar parte del grupo de personas que lo sufren, porque no nos damos cuenta de que lo que nos hace daño en realidad no es el estrés, sino sus efectos nocivos cuando no sabemos gestionarlo adecuadamente.
El estrés es el conjunto de reacciones que se activan en nuestro organismo de forma extraordinaria al percibir una alteración en el equilibrio de nuestro entorno o de nuestro cuerpo con el fin de restaurar dicho equilibrio. Cuando no lo conseguimos, sufrimos las consecuencias negativas. Esas reacciones extraordinarias, mantenidas durante un largo periodo de tiempo, alteran nuestro organismo, a veces de manera irreversible.
Aprender a regular el estrés nos ayuda a recuperar la armonía, no solo en el funcionamiento de nuestros sistemas a todos los niveles (físico, mental y energético), sino también en la relación con nuestro entorno, además de favorecer nuestras relaciones y permitirnos conciliar mejor.
Tener una visión realista y sincera del estrés nos permite activar, cuando es necesario, herramientas que nos ayuden a mantener alejados sus efectos negativos y nos permitan utilizarlo de manera beneficiosa para nosotros. Por ejemplo, enfocarnos en el estrés motivador que promueve la creatividad e impulsa el talento.
Así que, querida Alicia, sí, lo reitero, el título es una provocación para normalizar el estrés y ”romper una lanza” a su favor, ya que, sin él la humanidad probablemente se habría extinguido hace años. Y si tenemos que convivir con él desde que nacemos será mejor que lo conozcamos y nos entrenemos para beneficiarnos de su lado positivo.
Hablemos de estrés de manera saludable en nuestro entorno personal y también en el laboral para crear sinergias positivas que mejoren nuestro bienestar y el de nuestro entorno. Te invito a que preguntes a los que tienes cerca: “Y a ti, ¿qué te estresa?”
Recuerda que todo comienza con pequeños gestos.
¿Te apuntas a vivir con un estrés saludable?
Ester Sánchez- de León es formadora y coach