(A veces me gusta ponerme en la piel de otras o de otros, imaginar lo que pensarían… aunque seguramente lo que imagino que piensan tiene bastante que ver con lo que yo pienso… Esta vez le ha tocado a la ministra Nadia Calviño).

A veces me pregunto en qué estaría pensando cuando di el paso adelante y dije que sí a esto de ser ministra. Si yo tenía ya mi carrera y, de hecho, por eso soy ministra… Pero imagino que algunos pensarán que son ganas de figurar, de poder, de vete tú a saber qué. Y quizá haya algo de todo eso en mi decisión, pero y si lo hay ¿qué? ¿Es malo? La ambición no es mala, al menos no lo es cuando se adjetiva con ella a un hombre. Con las mujeres es diferente, es lo que tiene querer salir al frente, liderar, qué narices, mandar cuando aún somos muy pocas las que hemos tenido la suerte de poder hacerlo. El caso es que aquí estoy siendo ministra, con la cartera esa tan sería que nos dan cuando nos nombran llena de asuntos importantes que resolver y justificando haberme quitado de un photocall. Sí, así como lo oyen, hoy se han abierto informativos con esto… Que la verdad me encantaría que fuera lo más relevante que ha pasado en el día, pero para nuestra desgracia no ha sido así. Además, la noticia no es que yo me haya retirado de esa foto de grupo, la noticia es que todavía sigan existiendo esas fotos de grupo en las que no hay mujeres o en las que yo, en mi papel de ministra, sea la única. Y que ya lo advertí, que no me iba a hacer más fotos siendo la única mujer, pero parece que también está mal que cumpla con lo que he dicho… Pero, vamos, que esto no va de mí, que esto va de los que se extrañan ante mi gesto. De los que no echan en falta a mujeres ni en las fotos ni en las mesas de debate, las ponencias y o las reuniones en las que se deciden asuntos que nos atañen a todas y a todos. Señores, parece mentira que se lo tenga que decir, que no va de fotos, va de poder, de que el poder de decidir no esté siempre en el mismo lado, que la visión única del mundo y de sus problemas no puede ser la solución, que no es que sea injusto, es que no es rentable. Desaprovechar talento es algo que va contra el sentido común, contra la economía, contra el desarrollo, contra el avance… De verdad que no quiero pensar que a quienes no se les mueve una ceja al comprobar que no hay mujeres en esos entornos de poder en los que ellos se encuentran como peces en el agua sea porque se niegan al progreso, al bienestar. Creo que simplemente no lo ven, no les parece extraño porque están acostumbrados, porque lleva mucho tiempo siendo así. Pero si yo, si nosotras somos capaces de entender esto y de ponernos en sus zapatos y pensar que es solo falta de costumbre, lo menos que deberían hacer ustedes es no estropearlo más haciendo comentarios tontorrones y diciendo que no lo entienden muy bien. No pierdan tiempo, que el tiempo es oro, corran a poner soluciones, sean listos, aprovéchense del talento, de todo el talento, porque, como les decía antes, no es rentable dejar a las mujeres fuera, y esto no se lo digo como mujer, se lo digo como ministra de Economía.

Pues eso, que qué cansado es todo esto, y no me refiero a lo de ser ministra.