Sin igualdad, poca sostenibilidad
Esther Valdivia
Hace unos días leía un titular en una cabecera económica: ‘Se buscan 80 mujeres para los consejos del IBEX’. Demoledor. Nada menos que ochenta mujeres para que los consejos de las 35 empresas que marcan el selectivo español sean paritarias.
Y me pregunto, si faltan 80 para cumplir las recomendaciones de paridad que marca la CNMV, ¿cuántas harán falta cubrir el mismo objetivo en las otras 170 cotizadas y en las más de ese medio millón de otras empresas españolas con consejos de administración?
Podemos echar las cuentas, pero coincidiremos en que, aunque a nadie le gusten las cuotas, su implementación en las compañías sigue siendo de actualidad y nos sirven de termómetro para medir la temperatura de la desigualdad instalada en todos los estamentos.
Todavía hay quien sigue pensando que ‘falta banquillo’ y que es difícil encontrar talento femenino que pueda competir con las capacidades masculinas. Nada más lejos de la realidad, solo hace falta echar un ojo a los resultados académicos anuales de las féminas, pero esa idea refleja perfectamente el grave problema de fondo que tenemos.
¿En qué cabeza cabe que cualquier profesional, mujer u hombre, que ocupe un puesto de responsabilidad, y responda por ello ante un consejo y sus accionistas, se mantenga mucho tiempo en el cargo si no es por su buen hacer? Lo del género es otra cosa y poco tiene que ver con el talento.
Cierto es que ha llovido mucho desde 2004 cuando Helena Revoredo, presidenta de Prosegur, abrió camino siendo la primera mujer en acceder al consejo de una cotizada en el parqué español, pero nos sigue faltando presencia femenina en todos los ámbitos. Porque todo emana del conflicto de la desigualdad. Si no conseguimos aceptar el empoderamiento de las mujeres, nunca conseguiremos alcanzar un desarrollo sostenible en tres ámbitos básicos: economía, sociedad y protección ambiental. Y eso es así, le pese a quien le pese, porque, entre otras cosas, las mujeres desempeñamos un papel fundamental como consumidoras y educadoras, a pesar de todas las limitaciones impuestas.
La igualdad entre géneros no es solo un derecho básico, que también, sino la clave que entrelaza todos los objetivos del desarrollo sostenible y abre el acceso a todas las oportunidades económicas, políticas y de educación.
Hemos dedicado gran parte de este número a analizar el tema de la sostenibilidad, muy controvertido y de plena actualidad. Y lo hacemos desde diferentes puntos de vista, aunque con la igualdad de género siempre como eje transversal.
Como las empresas son un claro reflejo de la evolución social, nos sirven de catalizador para observar la evolución de ese principio de igualdad. El año pasado, superamos en un punto la recomendación del 30% de participación femenina en los consejos del IBEX. Y aunque la mayoría de las 35 consiguieron alcanzar la meta, catorce de ellas se mantienen todavía hoy por debajo de la recomendación e incluso tres no superan el 18%. Lo mismo ocurre en los comités de dirección, de los que emana el poder real en las compañías y que sirven de cantera para los consejos. Ahí la participación femenina solo alcanzó el 18,7%.
Pero, seamos optimistas, porque la ola del cambio es imparable y de cara a 2022 las nuevas recomendaciones de la CNMV ensanchan a las mujeres la puerta de los consejos hasta el 40%. El panorama se adivina lleno de oportunidades para la igualdad y, aunque a veces necesite un empujoncito, el talento femenino poco a poco se abre paso y los porcentajes se ajustarán más pronto que tarde, seguro. Hablando de igualdad, el mejor titular será el que no sea noticia.