Vísteme despacio que tengo prisa

Laura Opazo

Laura Opazo

El mundo de la moda siempre se ha caracterizado por marcar sus propios tempos. Y es que, tras la aparición de las tecnologías de la información y de la comunicación, el sector textil y de confección ha experimentado grandes transformaciones. Sin lugar a dudas, la más grande es la velocidad. En los años ochenta, una colección tardaba en producirse, desde que se pensaba hasta que salía al mercado, 270 días. Si hace varias décadas las temporadas acompañaban el cambio de estación, en el último lustro las colecciones se han sucedido cada dos semanas dejando un reguero de tendencias caducas a su paso. Toda esta velocidad también ha repercutido en el consumo, que también se ha acelerado impulsado por las posibilidades de comunicación y contacto que ofrecen las redes sociales, donde los consumidores comparten y hacen virales sus adquisiciones, promocionando las marcas y generando deseo entre su comunidad de seguidores. Así pues, si antes íbamos una vez por temporada a una tienda a renovar el armario y otra en rebajas a reponer alguna prenda, este nuevo sistema, junto con la venta online, incentiva el aumento de consumo de forma exponencial.

Es incuestionable que este sector tiene su propia y curiosa idiosincrasia. Los diseñadores trabajan dividiendo su mente entre la colección actual (que para ellos ya está ‘pasada’) y las próximas dos temporadas, que trabajan a meses vista. Se puede decir que viven a futuro, y por eso resulta chocante que, en la segunda industria más contaminante del mundo, estos trileros del tiempo no hayan sido hábiles para ver las cosas venir y escuchar la llamada de socorro de la madre Tierra.

Desde hace un tiempo, los titulares han dado la voz de alerta avisando de que la industria de la moda es uno de los principales contribuyentes a la contaminación del aire y del agua. Los recursos naturales de la Tierra están limitados por su capacidad de renovarse, que a veces puede llevar meses o años. El ritmo de producción que exige la industria de la moda rápida para dar respuesta inmediata a la demanda y lanzar diez colecciones por temporada requiere de este ciclo una rapidez antinatural de renovación imposible de cumplir. Tanto es así, que el 29 de julio de 2019, la organización Global Footprint Network (GFN) informó de que se había agotado el presupuesto ecológico del año, algo alarmante porque se había superado en tiempo récord la marca de años anteriores. Exactamente, su fecha se ha adelantado dos meses en los últimos veinte años. El Día de Sobrecapacidad de la Tierra varía cada año, y se calcula tras comparar la demanda anual de recursos naturales con la capacidad que realmente tiene la Tierra para regenerarlos. Para satisfacer sus necesidades actuales, la humanidad está consumiendo una cantidad de recursos equivalente a 1,75 planetas. Si la población mundial llegase a alcanzar los 9.600 millones en 2050, se necesitaría el equivalente de casi tres planetas para proporcionar los recursos naturales para mantener el estilo de vida actual. Parte de estos recursos son destinados a la industria textil, y lo triste es que la mayor parte de las prendas que compramos nos las ponemos de media unas cinco veces y acaban en la incineradora sin apenas uso ni desgaste.

Es curioso que todavía haya quien piense que la moda sostenible es un estilo, una tendencia o un verso suelto para aquellos con inquietudes no solo estéticas sino éticas. Sin embargo, la moda sostenible es necesaria, es un replanteamiento holístico de todo un negocio que debe poner en valor nuevamente la calidad, el trabajo y las buenas prácticas, pero también exige al consumidor paciencia, cuidado y reflexión. El planteamiento no pasa por cuestionar si la moda sostenible es importante, sino por asumir que es vitalmente necesario acelerar los tempos de una moda cocinada a fuego lento.

Laura Opazo ha publicado recientemente el libro ‘Armario sostenible. Aprende a comprar de manera consciente e inteligente’.

Tu privacidad es importante para nosotros

Utilizamos cookies propias y de terceros para analizar nuestros servicios con fines analíticos, para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación y para incorporar funcionalidades de redes sociales. Podrás cambiar de opinión y modificar tus opciones de consentimiento en cualquier momento al volver a esta web y accediendo a la página Política de Cookies.

Panel de gestión de cookies

✓ Permitir todas las cookies
✗ Denegar todas las cookies
Estas cookies son necesarias para que el sitio web funcione y no se pueden desactivar en nuestros sistemas. Usualmente están configuradas para responder a acciones hechas por usted para recibir servicios, tales como ajustar sus preferencias de privacidad, iniciar sesión en el sitio, o llenar formularios. Usted puede configurar su navegador para bloquear o alertar la presencia de estas cookies, pero algunas partes del sitio web no funcionarán. Estas cookies no guardan ninguna información personal identificable.

Cookies técnicas

✓ Permitir
✗ Denegar
Las cookies estadísticas nos permiten contar las visitas y fuentes de circulación para poder medir y mejorar el desempeño de nuestro sitio. Nos ayudan a saber qué páginas son las más o menos populares, y ver cuántas personas visitan el sitio.

Google Analytics

Ver sitio oficial
✓ Permitir
✗ Denegar
✓ Permitir
✗ Denegar
Estas cookies pueden ser añadidas a nuestro sitio por nuestros socios de publicidad/medios sociales. No almacenan directamente información personal, sino que se basan en la identificación única de tu navegador y dispositivo de Internet para ofrecerle compartir contenido en los medios sociales o para mostrarte contenido o anuncios relevantes en nuestro sitio web u otras plataformas.
✓ Permitir
✗ Denegar
✓ Permitir
✗ Denegar
Subir al principio de la página